sábado, 17 de agosto de 2024

LA PALABRA DEL DOMINGO.DOMINGO XX DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B

 GUSTAD Y VED QUÉ BUENO ES EL SEÑOR


Tenemos  como primera lectura  en la celebración de este domingo  un  extracto del libro de los Proverbios en donde se nos invita a reconsiderar las obras de Dios que actúa sabiamente y en favor del hombre. Es una invitación a buscar la sabiduría de Dios en los acontecimientos de la vida y, sobre todo, en aquellos que guardan una relación muy estrecha en lo que al encuentro de Dios y el hombre se refiere. En lo que respecta al texto de hoy  nos habla de como Dios prepara  el alimento para los suyos. Este texto nos recuerda las parábolas del Reino que hablan de un banquete, los momentos en lo que Jesús se preocupa por la comida de la gente, el salmo ocho que habla del Dios de la creación que da alimento a sus criaturas; el Dios que cuida de la tierra, la riega y la enriquece sin medida para que animales y hombre tengan sustento y, sobre todo, la Eucaristía. El gesto que invita al hombre a entrar en comunión con su creador y desde ahí empezar una dimensión nueva en el vivir y en el obrar, desde la misma vida de Dios con quien nos identificamos y en donde nuestra vida va siendo enriquecida y transformada de tal forma que, como diría San Pablo, " Ya no soy yo, es Cristo quien vive en mi. Y la vida que ahora vivo en el cuerpo, la vivo por mi fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí" ( Gál,2,20 Y es de esto último de lo que nos hablan las lecturas restantes.

La segunda, de la carta a los de Éfeso, en donde Pablo sigue insistiendo en una vida ordenada lejos de borracheras y pendencias y acorde totalmente con lo que el seguimiento de Cristo significa y para ello les invita a la sensatez,  a buscar lo que el Señor quiere y sobre todo, la acción de gracias a Dios Padre, la Eucaristía,  en nombre de nuestro Señor Jesucristo, celebrada constantemente. Pablo sabe bien de sobra que la Eucaristía es vinculo de unión con Jesús y con los hermanos, nos ayuda a entender la entrega de Cristo, es signo del amor entregado de Dios que por medio del Hijo Amado  se ofrece constantemente al mundo para que el mundo encuentre sentido y razón de su ser, para que el mundo se salve.

El texto del evangelio sigue siendo de San Juan en el capítulo seis que ya todos conocemos y en donde Jesús definitivamente se muestra como el que viene de parte del Padre para que el mundo encuentre la vida, para que el hombre halle sentido a su  quehacer cotidiano aún en el sufrimiento, porque  esta su entrega, de la que habla Jesús y esa necesidad perentoria de estar unidos a el, nos va llevar  y de esto hemos de ser conscientes, por un camino distinto al que pensamos y que ni siquiera imaginamos y que tantas veces  idealizamos y soñamos, porque es que la cruz ya esta de trasfondo de todo esa entrega y comunión y se sugiere también para aquellos que comen su carne y beben su sangre.

 El demonio no va a querer soltar su presa no se va a dar por vencido y continuamente va a estar instigando y ofreciendo felicidad, abundancia, poder y bienestar para apartarnos de Dios pero los que seguimos a Jesús sabemos que el alimento que nos da Dios es el que realmente nos sostiene en la paz, en el fraternidad, en el sabernos refugiados en su poder  y poseedores de una gran riqueza que es la solidaridad y la hermandad que se genera cuando con sencillez celebramos la Eucaristía reconociendo a Jesús como el pan de Vida y al Padre como el que nos guarda  y reconcilia porque su amor no tiene fin.

¡¡Feliz día del Señor!!

José Rodríguez Díaz


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