CON LA AUTORIDAD QUE NOS DA EL SEÑOR.
La palabra de este domingo parece que viene desconectada la una de la otra, cada una por su sitio, pero si nos paramos a pensar nos daremos cuenta de que hay una relación entre ellas que les da cierta cercanía a la hora de pensarlas. La primera lectura es del Profeta Amos. Amos que era un hombre seglar; no era ni profeta, ni familia de profeta, ni nada por el estilo; un hombre que tenia su trabajo, su oficio con el que se ganaba la vida y que de pronto se ve sorprendido por la Palabra y la presencia de Dios en su vida que le impulsa a ir a Betel a predicar donde es rechazado, pero eso no va ha hacer que calle, no.
La segunda lectura es de la carta que escribe Pablo a los de Efeso en donde les invita a descubrir en lo cotidiano de sus vidas, la acción salvadora de Padre Dios por medio de Jesucristo y en favor de todos. Esta carta es una descripción del derroche de amor y misericordia de Dios en favor nuestro y por medio de su Hijo. También es una llamada de atención a los de Efeso que parece se toman un poco a la ligera el hecho de ser cristianos. De entre las cosas que les recuerda le dice que ellos han escuchado la verdad, la noticia de que han sido salvados, de que han sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo. Podemos decir que Pablo usa en esta carta toda su artillería para ayudar a los de Efeso a descubrir todo lo que Dios hace por ellos y animarles a vivir una fe comprometida y testimonial saliendo de la rutina y la apatía.
Llamados, elegidos, destinados, enviados... todos estos vocablos nos ayudan a poder conectar cada uno de los textos que hoy se nos ofrecen como la invitación del Padre que nos llama a recorrer caminos, a andar por vericuetos, a descubrir su bondad y entrega en nuestra vida, a saber valorar el ser seguidores de Cristo y en definitiva, a poder saborear en nuestros labios la miel que destila la expresión : Jesús es el Señor.
Somos fortalecidos con la autoridad de Cristo para aliviar, curar, acompañar, sanar, calmar y apaciguar el corazón de los hermanos cuando les toca el sufrimiento.¡¡Feliz día del Señor!!
José Rodríguez Díaz
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