sábado, 22 de junio de 2024

Vocacionados a ser hermanos


 Este sistema en el que vivimos nos propone objetivos parciales como “pasarlo bien”, “ser valorados”, tener cosas, un ocio permanente, un trabajo (generalmente no vocacionado) como obligación, ningún compromiso estable, o incluso la huida de cualquier compromiso… Ninguna de estas propuestas pueden generar alegría verdadera. Ninguna. Por ejemplo, en el Norte enriquecido, vivimos una juventud desquiciada entre propuestas narcisistas, hedonistas, centradas en el consumo, en el que se le hace ver que “solo se puede ser feliz” desde el placer que genera “preocuparse principalmente por uno mismo”. Es la forma más directa de llevar a cualquier persona al precipicio de la soledad, del sinsentido, que culturalmente se manifestará en formas egoístas de plantearse la vida (sus relaciones, su trabajo, su afectividad) y políticamente se abre a formas de compromiso donde predomina el interés personal. Esta situación deja un paisaje desolador, con el terreno preparado para acoger cualquier planteamiento totalitario, relativista, o simplemente nihilista.

por José A. Langa (publicado en la revista Autogestión)

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