sábado, 15 de junio de 2024

LA PALABRA DEL DOMINGO. DOMINGO XI DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B.

MANO A MANO

La palara de este domingo nos lleva hasta el profeta Ezequiel en la primera lectura en donde nos presenta a Dios como un jardinero que  poda y planta arboles. Es esta una imagen que el profeta usa para decir al Pueblo que el Señor se ocupa y preocupa por el. Que el Señor tiene poder de renovar y hacer un pueblo nuevo, que es capaz de sacar vida donde no la hay.

La segunda lectura es de  la segunda carta de Pablo a los de Corinto en donde habla de la necesidad de fiarse del Señor, de tener confianza y para ello, emplea una imagen que ya a nosotros nos es familiar y que nos lleva a pensar en Abrahán cuando dice: "Caminamos sin verlo guiados por la fe".

En el texto del evangelio, que es de San Marcos, Jesús nos habla de la dinámica del Reino con  parábolas del trabajo en el campo, de la tierra y la simiente. De esta forma el Maestro, conocedor de su gente, del apego a la tierra, de la importancia que ellos le dan a la cosecha, les invita a reflexionar sobre esa presencia de Dios, esa vida con Dios que el llama Reino y que no está lejos del trabajo que ellos realizan para ganar el sustento o el bienestar de la familia. 

Nos damos cuenta que la primera y la tercera lectura nos hablan del campo, de la naturaleza, en donde podemos descubrir la acción de Dios en favor de todos los hombres, plantar pinos o cipreses, cuidarlos para que no se pierdan o poner las condiciones de que semillas muy pequeñas den fruto, todo eso, todo, tiene que ver con la actuación de Dios en el mundo con el hombre, junto al hombre, y todo debe llevar al hombre a pensar a Dios, a darse cuenta de que el solo es un mero instrumento para que la creación, toda la creación, esté al servicio de la humanidad, desde cualquier parámetro y desde ahí además, podemos comprender que el bienestar del hombre, tiene que ver con la Gloria de Dios.

En la segunda lectura San Pablo, como ya hemos dicho, nos recuerda Abrahán, su fe, su confianza, su fiarse de Dios, que no es otra cosa distinta de lo que se nos pide al hombre de hoy, a todos y cada uno de nosotros. Hay que ponerse en camino confiando, fiándonos, hay que podar y arar la tierra, hemos de  repensarnos cómo está siendo nuestra relación con Dios, el Dios de la vida que sigue actuando y recreando el mundo para ya desde Jesús, contar con la colaboración del hombre. El mundo no es ajeno a Dios, tampoco lo es al hombre, así que el binomio  Dios - hombre, hombre - Dios, es el que garantiza la Nueva Alianza inaugurada por nuestro Señor Jesucristo. Alianza que significa estar muy atentos a lo que pasa en el mundo aunque sin perder la conciencia de que esto no es lo definitivo, sino un anticipo de lo que vendrá.

¡¡ Feliz día del Señor !!

José Rodríguez Díaz.

     

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