sábado, 17 de junio de 2023

LA PALABRA DEL DOMINGO. UNDECIMO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO A.

SI, SI TIENEN PASTOR.

El texto del evangelio de este domingo  es el final del capítulo nueve  e inicio del diez. En el capítulo noveno Jesús se encuentra con  la necesidad de la gente, con los que buscan  remedio a sus males y así aparecen: el paralitico curado,  la vocación de Mateo, la hija de Jairo,  los dos ciegos , el hombre mudo. Todo en un mismo capítulo. El capítulo termina con lo que hoy leemos: Jesús siente lástima de la gente porque  "andan como ovejas  que no tienen pastor ", sin nadie que les remedie, consuele o de  una vía de esperanza y ánimo ante los males que sufren. Pero  si, si tienen pastor.

 El  capítulo diez se inicia  con el envío de los apóstoles que son  nombrados, llamados por su nombre y a quienes se les da el encargo de  ir  y anunciar y aliviar  a estos que andan como ovejas sin pastor. Lo urgente, lo necesario, son los que perteneciendo al Pueblo de Dios, al pueblo de la alianza, se sienten desamparados y olvidados  de la gracia divina. Hay que recuperarlos. Esa es la urgencia: que el pueblo recupere la fe y la confianza, ayudar a que redescubran  la fidelidad del Dios de los padres, el Dios de la alianza, que  también tiene que ver con sus vidas, el momento que viven.

 Hasta ahora estos, los que sufren  cualquier mal, eran desechados porque se consideraba que no eran dignos de Dios y que sus males eran consecuencia de su maldad, de su pecado. Jesús le da la vuelta a la tortilla, no , no es así, estos son los predilectos del Padre y a estos es a quienes son enviados los apóstoles para sacarlos de la ignorancia y el abandono, para acercarlos. Ya paso  algo parecido cuando  fueron esclavos en Egipto o en Babilonia. La compasión  que siente Jesús en estos momentos es la misma compasión que se fijo en Moisés invitándole ponerse en camino de vuelta o la que movió al rey de Babilonia  a dejarlos volver a la tierra de la que fueron arrancados.  Dios actuó, actúa y seguirá actuando en favor de su pueblo  independientemente de que los  que están encargados de visualizar su misericordia piensen que este grupo de  necesitados no son dignos de tal merecimiento. Este pueblo sigue siendo " pueblo de su propiedad " y como tal Dios actúa en su favor.

El pueblo tiene que  saber que Dios no les abandona, pero también tiene que aprender a ser fiel y a no andar coqueteando  con otros dioses que solo  esclavizan y le acarrean el mal. Ante esto la consecuencia es que cuando llega el dolor, el sufrimiento e inclusive la muerte se van a sentir solos, desamparados, sin norte  y creyendo que son ignorados de Dios y no es así.

Ahí es  donde entra hoy el  trabajo en  fidelidad a Jesús de la iglesia, de nosotros, a quienes se nos ha encargado la  misión de ir, anunciar y proclamar la misericordia del Padre para con todos sin excepción. Eso es hoy lo nuestro ante  una sociedad que,  como en otros tiempos, andaba tan enfrascada en sus cosas que  relegaba la presencia del Dios de la alianza. Por ahí pasa  el envío. Eso es ser testigos  de amor y misericordia. Y nosotros, aprendiendo en el devenir de los días a ayudar a descubrir a Dios en la misma vida.

 ¡¡Feliz día del Señor!!

José Rodríguez Díaz

   




 

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