SI, SI TIENEN PASTOR.
El texto del evangelio de este domingo es el final del capítulo nueve e inicio del diez. En el capítulo noveno Jesús se encuentra con la necesidad de la gente, con los que buscan remedio a sus males y así aparecen: el paralitico curado, la vocación de Mateo, la hija de Jairo, los dos ciegos , el hombre mudo. Todo en un mismo capítulo. El capítulo termina con lo que hoy leemos: Jesús siente lástima de la gente porque "andan como ovejas que no tienen pastor ", sin nadie que les remedie, consuele o de una vía de esperanza y ánimo ante los males que sufren. Pero si, si tienen pastor.El capítulo diez se inicia con el envío de los apóstoles que son nombrados, llamados por su nombre y a quienes se les da el encargo de ir y anunciar y aliviar a estos que andan como ovejas sin pastor. Lo urgente, lo necesario, son los que perteneciendo al Pueblo de Dios, al pueblo de la alianza, se sienten desamparados y olvidados de la gracia divina. Hay que recuperarlos. Esa es la urgencia: que el pueblo recupere la fe y la confianza, ayudar a que redescubran la fidelidad del Dios de los padres, el Dios de la alianza, que también tiene que ver con sus vidas, el momento que viven.
Hasta ahora estos, los que sufren cualquier mal, eran desechados porque se consideraba que no eran dignos de Dios y que sus males eran consecuencia de su maldad, de su pecado. Jesús le da la vuelta a la tortilla, no , no es así, estos son los predilectos del Padre y a estos es a quienes son enviados los apóstoles para sacarlos de la ignorancia y el abandono, para acercarlos. Ya paso algo parecido cuando fueron esclavos en Egipto o en Babilonia. La compasión que siente Jesús en estos momentos es la misma compasión que se fijo en Moisés invitándole ponerse en camino de vuelta o la que movió al rey de Babilonia a dejarlos volver a la tierra de la que fueron arrancados. Dios actuó, actúa y seguirá actuando en favor de su pueblo independientemente de que los que están encargados de visualizar su misericordia piensen que este grupo de necesitados no son dignos de tal merecimiento. Este pueblo sigue siendo " pueblo de su propiedad " y como tal Dios actúa en su favor.El pueblo tiene que saber que Dios no les abandona, pero también tiene que aprender a ser fiel y a no andar coqueteando con otros dioses que solo esclavizan y le acarrean el mal. Ante esto la consecuencia es que cuando llega el dolor, el sufrimiento e inclusive la muerte se van a sentir solos, desamparados, sin norte y creyendo que son ignorados de Dios y no es así.
Ahí es donde entra hoy el trabajo en fidelidad a Jesús de la iglesia, de nosotros, a quienes se nos ha encargado la misión de ir, anunciar y proclamar la misericordia del Padre para con todos sin excepción. Eso es hoy lo nuestro ante una sociedad que, como en otros tiempos, andaba tan enfrascada en sus cosas que relegaba la presencia del Dios de la alianza. Por ahí pasa el envío. Eso es ser testigos de amor y misericordia. Y nosotros, aprendiendo en el devenir de los días a ayudar a descubrir a Dios en la misma vida.¡¡Feliz día del Señor!!
José Rodríguez Díaz
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