jueves, 5 de enero de 2023

SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR.

HEMOS VISTO SALIR SU ESTRELLA



 Con la alegría y la inocencia de siempre nos prestamos a celebrar  la Epifanía ( manifestación) del Señor; la fiesta de los Reyes Magos pero creo que se hace necesario que ahondemos un poco en todo esto y nos preguntemos que es lo que hay en el trasfondo de  todo ello, que es lo que la Iglesia en realidad está celebrando. Muy rápido nos damos cuenta por los texto que se ofrecen a nuestra reflexión, que lo que se celebra  no es tanto a los Reyes Magos, como al Rey, que es Jesús y a quien los magos vienen buscando y encuentran en un pesebre.

 Lo que celebramos  en realidad, es la  Manifestación del Señor  a todos los hombres, no sólo a los del pueblo judío, sino también a los que no pertenecen a el, a los conocidos como los gentiles. El mensaje es por tanto: Dios se deja encontrar por todo el que con corazón sincero saliendo de su mundo de seguridades y arriesgándose a  echarse  al camino en busca de la verdad, confiando en los signos con los que Dios se manifiesta, le  busca. 

Entre los siglos tercero y cuarto la iglesia instituye esta fiesta  con  hondo sentido  católico pero luego y  con el paso del tiempo, ha ido derivando y convirtiéndose  para la mayoría de los fieles, en la fiesta de los Magos (el origen de todo ello lo encontramos en Florencia en el siglo XV) hasta  eclipsar , en cierto modo, el  sentido primero que tenía de revelación de Dios a  los hombres y que pasa entre los creyentes a segundo plano.

El mensaje de esta fiesta es muy sencillo y esta al alcance de todos lo cual no quiere decir que carezca de importancia y deje de ser  necesario para el mundo  que nos toca vivir, en donde los hombres siguen buscando a Dios, porque le necesitan, en donde el  afán de poder  y el mismo poder, es lo que domina  en los que mandan o quieren mandar y no el servicio; en donde  la ciencia  quiere sustituir a Dios en su sabiduría  y en donde  la inocencia de los niños  es  relegada y utilizada por los  adultos en la mayoría de los casos movidos por sus oscuras frustraciones e intenciones.


Que los cristianos reduzcamos esta fiestas a eso que llamamos los Reyes Magos, que en el fondo se ha convertido en una fiesta  de consumo y una manipulación de los sentimientos  mas  genuinos  no solo de los niños, sino también de los adultos, es grave.

Hace falta  que nos paremos a reflexionar y  tratemos de poner las cosas en su sitio. ¿ A quien celebramos? ¿ A Dios que se revelo y se revela a todos los hombres en su  Hijo o a los Reyes que nos traen regalos? 

¡¡Feliz día de la Epifanía!!

José Rodríguez Díaz


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