APRENDIENDO A ESPERAR.
En el texto del evangelio de hoy que es de San Marcos, Jesús habla de Reino de Dios con un ejemplo tomado de la agricultura, era con lo que los que escuchaban le iban a comprender mejor. Sale al paso de las decepciones y sensaciones de fracaso que en el empeño de anunciar la palabra de dios se podían encontrar. El Reino de Dios tiene su propia dinámica. Eso también vale para nosotros hoy. ¿ Cuantas veces ponemos nuestro empeño en programaciones, encuentros, grupos, etc. y terminamos como desencantados, porque no vemos el fruto que deseamos ver ? Eso no quiere decir que desistamos pues quizá lo que nos falte en es una buena dosis de confianza y esperanza.
A veces olvidamos que el Reino de Dios pasa por la libertad individual de cada persona y tiene su ritmo propio. Digamos que tiene que ver con el tiempo de Dios y no con el del que deposita la semilla. Hay un proceso interno que no corresponde a nosotros controlar porque nunca sabremos que es lo que hay en el corazón de cada persona que recibe el anuncio y que parece no dejarse alcanzar por el. Lo nuestro siempre ha de ser lo de sembrar, de día o de noche , llueva o haga calor. Pensar también que el tema de la cosecha no es para nuestra gloria o vanidad, sino para gloria de Dios que es el que es capaz de tocar los corazones usando nuestra palabra y nuestro testimonio, si, pero es El, y solo El, quien tiene la última palabra en todo ello. Lo propio del agricultor es la siembra y acompasar su tiempo al ritmo de crecimiento de los sembrado.
En el texto se nos dice que la semilla del Reino de Dios es algo pequeño, pero que poco a poco va creciendo hasta tener ramas altas que sirven de cobijo a las aves. Lo nuestro, ya sabemos, sembrar y saber esperar.
¡¡ Feliz día del Señor !!
José Rodríguez Díaz.
Después de sembrar será cuestión de esperar, pero claro, mientras se espera tendríamos que regar y preocuparnos de que le de bien la luz ya que en la sombra sin luz y sin agua.... terminaría secándose
ResponderEliminarsola.