sábado, 27 de julio de 2019

 ACABAR EL CESTO.

Con sabia y ágil mano
el mimbre trenza el cestero
consiguiendo con esmero
lo que ya su mente trenzó.

 Canta agradecida canción
 mientras sus manos no paran,
 ritmo y ritma se disparan
 con el trabajo y la emoción.

 Y cuando llega el momento
 de ser culminada su obra,
 alegría y gozo le sobra
 proclamando su contento.

Vivir es trabajo incierto:
hay que saber  qué se quiere.
Y, aunque el empeño no muere,
todos no acaban su cesto.

José Rodríguez Díaz
Del libro "Esta casa en la que habito"

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