sábado, 19 de marzo de 2016

LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO DE RAMOS. CICLO C.

 LA VIDA SIEMPRE ES NUEVA


   Un año mas nos aprestamos con diligencia a celebrar la Semana Santa donde  hacemos memorial de la entrega de Jesús y la del Padre, que  se entrega  al Hijo y entregándose a El, también lo hace con todos y cada uno de nosotros y con todo lo creado.


  Creo que hemos de tener cuidado con la rutina, con el saber como hay que hacer las cosas y lo que pide cada momento de  estas celebraciones. La rutina puede llevarnos a  no entrar en lo que se celebra y estar mas pendientes de que todo salga bien,  a la perfección: de que los acólitos no nos fallen, de que los cantos sean bonitos y bien ejecutados, de que la gentes nos alabe al final por las celebraciones y no entremos en el hondón de los que en el altar se celebra  y desde el que se proclama la salvación  de Dios dada  en Cristo Jesús para todos los hombres y mujeres que habitamos  este planeta.
   La lectura de la Pasión del Señor nos llevará siempre a la esperanza y a reflexionar y pensar  que, por  nuestra parte, aunque sí por parte del Padre, todo no está concluido : hemos de seguir haciendo el camino hasta que lleguemos a la Casa.
Entonces, y desde ahí , lo que celebramos se ha de convertir en acicate, en revulsivo, que nos mueva hacia adelante. Hemos de seguir descubriendo el amor y la misericordia de Dios que nos hace mas tiernos y misericordiosos  entre nosotros y lo que nos rodea, con la vida. No está el camino andado del todo.
  La entrega de Cristo, su quedarse con nosotros en la Eucaristía, su Muerte en la Cruz y su Resurrección,  han de ser  para  todos un canto a la esperanza que nos lleve a  esforzarnos por abrir nuestras puertas particulares dejándonos renovar y a superar los "tiquis miquis" de lo que sale bien o menos bien. Se trata de celebrar, no de actuar.
    Con esta actitud  positiva hemos de acudir  a compartir con nuestra comunidad, con nuestros hermanos, con todos los que a lo largo y ancho del mundo nos reunimos estos días para contemplar la misericordia de Dios manifestada en su Hijo Amado para nuestra  bien, para nuestra salvación.
 Hemos de agradecer al Señor que un año mas nos de esta hermosa posibilidad de encontrarnos  siendo El el centro que nos convoca, que nos llama y nos reune, a la vez que nos posibilita  redescubrir  y apropiarnos de la  misericordia del Padre que da la paz, el consuelo y  la salvación.
  "Nos has llamado al desierto, Señor de la libertad y está el corazón abierto a la luz de tu verdad", hemos cantado en estos días. Hagamos  el esfuerzo, porque sea una realidad concreta y viva en nuestros corazones.
!!FELIZ ENCUENTRO CON EL SEÑOR Y LOS HERMANOS ¡¡

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