sábado, 24 de mayo de 2014

LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO VII DEL TIEMPO ORDINARIO . CICLO A.

 PROMESA DE PLENITUD
El texto del evangelio de este domingo  nos sitúa ante la  despedida  de Jesús de los suyos. El sabe bien que  van a sentirse mal y ante la posibilidad de que piensen que les ha abandonado, les habla y les habla al corazón,  diciéndoles que no, que no piensen eso, que el no les abandona ni les abandonará y que además, pedirá al Padre y les enviará,  alguien que  les defienda ante los embates del mal, tanto interiores como los que vengan del exterior.


 También les invita, recomiendo a insta,  a saber guardar y permanece en el amor que juntos han descubierto y compartido. Ahora  es el tiempo de demostrar si de verdad le queremos y hasta donde llega nuestro amor y eso lo conseguimos, nos dice,  guardando sus mandamientos, guardando su palabra y su memoria, de forma viva y eficaz, en el corazón y trasladandola a la vida de cada  día. Es ahí donde van a surgir los conflictos y los problemas y la tentación del olvido.  Por eso les habla, les dice y promete el Espíritu Santo.
Vosotros conmigo y yo con vosotros  y así, el amor irá cuajando a lo largo de los tiempos y también sabremos del amor  del Padre. Sabemos que Dios nos ama y que se nos sigue manifestando en lo cotidiano y todo ello como derivación  del amor de Jesús al Padre que se derrama en cada uno de nosotros. Este el  es misterio del amor inconmensurable entre el  Padre y el Hijo  y que  remansa en nosotros como ola que  llega a la orilla bañando y renovando la playa.
Este es el culmen del proyecto salvador realizado  en favor nuestro, desde el Dios Trinitario, que ya estamos llamados a vivir aunque no en plenitud.  Llegará un día en que sí será una  auténtica, novedosa y maravillosa realidad, en donde no nos perderemos en el misterio de Dios, quedando disminuidos, sino que  nos realizaremos  totalmente como suyos en el , pero sin diluirnos, siendo nosotros mismos.
¡¡FELIZ DÍA DEL SEÑOR!! 

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