Desde el día que se puso en practica la excarcelación de
asesinos etarras, violadores y demás personajes de esta calaña, la gente de
bien estamos en un sin vivir, ya que cada vez nos queda más claro que los
sinvergüenzas pueden andar libremente y a sus anchas, mientras el resto de
ciudadanos nos vemos obligados a vivir entre rejas. Hasta ahora nos cuesta
creer, después de enterarnos por los
medios de comunicación, de que los asesinos de ETA ya pueden dejar la cárcel
después de que el gobierno acatara las órdenes del Tribunal Europeo.
Ante tamaña barbaridad uno se pregunta si, por ejemplo,
Estados Unidos aceptaría este despropósito. Seguro que lo rechazarían
rotundamente como han rechazado durante, años la abolición de la pena de muerte,
pedida por el resto de países que están en contra de esta práctica, entre
ellos, España. Sin embargo aquí somos más benevolentes y nos bajamos los
pantalones con más facilidad ante las órdenes de Estrasburgo o el convenio
Europeo de Derechos Humanos.
Por más que lo intentamos no podemos hacernos a la idea y,
mucho menos aceptarla, que unas personas que asesinan a sangre fría y por la
espalda, que secuestraron a un total de 79 personas, que doce fueron asesinadas, entre ellos Miguel Ángel
Blanco muerto de un tiro en la espalda por no ceder el gobierno a un chantaje
de la banda. Sin olvidar, tampoco, los 532 días de cautiverio que pasó Ortega
Lara encerrado en un zulo. Nos cuesta aceptar, como digo, que ahora se les tengan en consideración y se exija que
se respeten sus derechos humanos.
Como olvidar los asesinatos a políticos y guardias civiles,
tampoco podemos borrar de un plumazo la
gran cantidad de inocentes, niños entre ellos, que murieron por la colocación de
una bomba en plena calle o, la celebre y tristemente matanza, que llevaron a
cabo en Hipercor.
Por si todo esto no fuera suficiente ahora nos dicen que hay
que indemnizarles los años de más que pasaron en prisión. A ver quien es el
inteligente que se lo explica a los que
quedaron para siempre sentados en una silla de ruedas o a los familiares de los
fallecidos.
Dentro de este saco de mal nacidos hay que meter a los
violadores que también han salido a la calle para, de nuevo volver a hacer lo
mismo, y no será la primera vez que ocurra. Es de sobra conocido el caso del
violador al que el juez, haciendo caso omiso de las recomendaciones de los
psicólogos, colocó en la calle sin más miramientos que su sacrosanta voluntad.
El personaje en cuestión no tardó muchos días en violar nuevamente ¿Qué habría
pasado de haber violado al juez?
Uno de estos casos de violadores puestos en libertad, nos
toca muy de cerca ya que de nuestra cárcel ha salido uno de estos miserables
que en el año 1994 fue condenado por violar a dos sobrinos de 7 y 12 años
respectivamente, además de mantener relaciones, forzadas, con otro de 17. Fue
condenado y lleva 20 años en la cárcel. Sin embargo la audiencia nos dice que
tenía que salir de prisión en Noviembre del 2009, por lo que su abogado pide
una indemnización.
¿Puede alguien explicarme quién indemnizará a esas
criaturas? ¿Quién borrará de sus memorias el trauma que vivieron? ¿Quién
calmará el dolor que sufrieron sus padres?
Si usted lo sabe amigo lector cuéntemelo.
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