sábado, 11 de enero de 2025

El Papa aboga por una educación "humanizada" que no se limite a transmitir conocimientos


 

El Papa recibió en audiencia a los promotores del proyecto Écoles de Vie(s), inspirado en el Pacto Educativo Mundial: sólo restituyendo la centralidad a la persona humana podremos construir una sociedad verdaderamente justa y solidaria, especialmente para los jóvenes

"Ustedes encarnan esa Iglesia en salida que a menudo he deseado, una Iglesia abierta y acogedora, capaz de hacerse cercana a todos, de curar las heridas de quien sufre, de acariciar con ternura a quien están faltos de afecto y de levantar a los caídos en tierra"

(Vatican News).- Una educación “humanizada”, como la definen los fundadores del proyecto. Una educación “que no se limita a transmitir conocimientos, sino que busca formar hombres y mujeres capaces de compasión y de amor fraterno”, observó el Papa Francisco en su discurso a los organizadores de la inic

En la primera de las tres audiencias de la mañana, Francisco se reunió con los promotores de “Écoles de Vie(s)”, un grupo que ha comenzado a trabajar en el campo de la educación inspirado en la visión del Pacto Educativo Global propuesto por el mismo Papa, donde cada camino se desarrolla en nombre de la inclusividad.

Desarrollar el potencial de los jóvenes

Al acoger a cada uno con su fragilidad, dijo el Papa Francisco, «ustedes encarnan esa Iglesia en salida que a menudo he deseado, una Iglesia abierta y acogedora, capaz de hacerse cercana a todos, de curar las heridas de quien sufre, de acariciar con ternura a quien están faltos de afecto y de levantar a los caídos en tierra”.

“Los jóvenes en particular, a pesar de sus limitaciones, están llenos de un potencial insospechado. Estamos llamados a crear espacios donde puedan expresarse plenamente”

Al estilo del Evangelio

El estilo de “Écoles de Vie(s)”, reconoció el Papa, es el mismo del Evangelio, la enseñanza social de la Iglesia, según la cual “toda persona, por frágil que sea, es portadora de un valor intrínseco” y “toda persona es portadora de un valor intrínseco”. La vida humana tiene una dignidad inalienable”, un don de Dios “que debe ser acogido con amor y respeto”.

“En este Año Jubilar de la Esperanza, los animo a perseverar con decisión, porque sólo devolviendo la centralidad a la persona humana, integrando sus dimensiones espirituales, podremos construir una sociedad verdaderamente justa y solidaria”

Su iniciativa, concluyó Francisco, «devuelve a las personas, a todas las personas, marginadas por la discapacidad o la fragilidad su lugar dentro de una comunidad fraterna y alegre». Su compromiso “inspira otras iniciativas en favor de los más vulnerables y que su acción abra nuevas perspectivas para una educación integral que las jóvenes generaciones necesitan con urgencia”.

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