sábado, 11 de noviembre de 2023

LA PALABRA DEL DOMINGO . DOMINGO XXXII DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A.

LA SALVACIÓN NO SE  IMPROVISA.

El texto del evangelio de este  domingo lo encontramos en San Mateo  y mas concretamente en el capítulo 25 en donde Jesús  habla del Reino de los los cielos  a sus discípulos  y lo hace con una parábola que nos resulta, de entrada, como un cuento para niños pero  que  indudablemente tiene su  hondura.
 Lo que a fin de cuentas viene Jesús a decirle a los que están con el es  que  lo del Reino de los cielos, lo de la salvación, no es algo  que se improvisa en un  "de aquí para allá" , sino que requiere preparación y disposición. Total, que si queremos estar en ello no podemos  dejarnos llevar por el  "mañana lo haré "  porque cuando  mas tranquilos estemos, y esto suele suceder,  vamos  a tener que encender la lampara y  nos  va a faltar el aceite por que falló la  precaución de proveerla, de revisar la lámpara con tiempo, que lo  había,  ese tiempo de la espera , que a  veces malgastamos  en cosas banales dejando  para " un ya lo haré " lo que es importante.
El texto termina reseñando el  desconocimiento del novio  con respecto a las  doncellas que se habían ido a comprar el aceite, que estaban invitadas pero que no se encontraban donde y cuando debían: esperando  al esposo, con su lámpara encendida y junto a las compañeras. Por su dejadez y abandono  no son merecedoras de participar en la fiesta, por su falta de  respeto  al novio,  por su pereza, se quedan fuera,  por no tomarse en serio  la misión  que se les  encomendó, se quedan sin la recompensa.  ¿Será esto lo que nos puede suceder a nosotros también ? De seguro que si, porque si Jesús lo dice y lo advierte a los suyos y esos somos nosotros hoy, es porque puede suceder y ya sabemos que el no da palos en el aire así que, se trata de aplicarnos y revisar nuestra actitudes, nuestras opciones y todo lo que tiene que ver con la misión que se nos ha encomendado  porque en  ello va nuestra salvación.
Nuestra misión no es otra mas  que saber esperar al Señor con  nuestra lámpara encendida para que cuando llegue  nos invite a pasar  con el al banquete, pero mientras tanto  no debemos  descuidar, en esa espera, que nuestra  lampara esté a punto. 
 ¡ Feliz día del Señor!
 José Rodríguez Díaz      

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