sábado, 4 de marzo de 2023

Crisis migratoria en Centroamérica


 Un hombre posa su cabeza contra un árbol, completamente exhausto, con las piernas llenas de barro.  



A su lado, una niña, su hija, también empapada en tierra mojada, lo mira con preocupación mientras juega con sus manos. La imagen forma parte de un trabajo periodístico del fotógrafo Federico Ríos, para The New York Times. Él y la periodista Julie Turkewitz acompañaron a decenas de migrantes a través del conocido como Tapón de Darién, la selva que separa Colombia y Panamá, uno de los pasos fronterizos terrestres más impenetrables del mundo.

“La historia del colapso de Venezuela en una sola imagen”, resumió en Twitter el investigador Michael Deibert al compartir la fotografía.

La imagen revela el auténtico calvario de millones de migrantes de América Latina que atraviesan el continente por rutas imposibles para intentar llegar a Estados Unidos o a otros países de la región, a veces huyendo de segundos o terceros países en los que habían intentado establecerse previamente y no lo consiguieron. Según la Agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en 2021 se contabilizaron unos 5,1 millones de migrantes transfronterizos en el continente americano. Venezuela (con 4,6 millones) es el segundo país en el mundo con el mayor número de refugiados. Detrás de todo ello, un sistema político y económico organizado alrededor del neocapitalismo internacional (en sus versiones tanto liberal como comunista) que los discrimina y descarta.



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