UNA FIESTA PARA LA ESPERANZA.
La celebración de esta fiesta de Jesucristo Rey del Universo fue establecida por el Papa Pío XI en el año 1925 con una clara intención teológico social en donde se propone a Jesús como el que da verdadero sentido a la historia. Hemos de tener presente que ya la humanidad ha pasado por una primera guerra ( 1914) que no ha dejado buenos vientos en el corazón de la humanidad , de hecho, se volverá a repetir la historia con la segunda guerra mundial en 1942. Las dos guerras mundiales. Es en el ínterin cuando es propuesta por la Iglesia esta solemnidad de Cristo con el título de Rey del Universo , que ya viene desde muy atrás, con la clara intención de ayudar a los pueblos a encontrar sentido y razón en la convivencia que no debe labrar de espaldas a los demás. Entre ambos acontecimientos se ha despertado en el corazón de la humanidad sentimientos racionalistas que llevan a confrontaciones y desconfianzas junto con un fuerte deseo de afirmación de los pueblos frente a los otros y frente a Dios lo que se conoce como laicismo, todo ello y dicho de forma rápida, desemboca en el segundo confrontamiento de la humanidad cargado de dolor y muerte.Tratando de encontrar el significado de esta fiesta de Jesucristo Rey del Universo en el día de hoy, para nuestros tiempos, hemos de abandonar la imagen idílica y ñoña que se suele ofrecer de Cristo y buscar en su hondón lo que debe significar para nosotros hoy, para los hombres de este tiempo.
En lo que a ello respecta el concilio Vaticano Segundo en su constitución pastoral Gaudium et Spes aborda el tema de forma decisiva comprometiéndose con todos los pueblos de la tierra cuando dice que las sombras y los gozos , las alegrías y las penas de todos los hombres no le son indiferentes a la iglesia y por supuesto, mucho menos a Dios.Y es por ahí, creo, por donde hemos de orientar y vivir esta celebración en los tiempos que corren. Jesucristo sigue siendo el Señor que quiere ayudar a los hombres de hoy a encontrar su camino, ha hacer una humanidad en donde todos tengan algo que hacer, qué decir y disfrutar de los logros alcanzados.
Los tiempo que corren no son mejores ni peores que los anteriores, simplemente son y nos toca a los que vivimos en ellos encontrar razón y fortaleza para nuestra esperanza esforzándonos por construir un mundo mejor. La realeza de Cristo la encontramos en las Bienaventuranzas y en su testamento final tan sencillo, corto y simple como es el del amor.
Claro que tiene que ver con todos y cada uno de nosotros y de forma especial con los que le confesamos como el Señor, el Rey. En gran parte depende de nosotros que sea reconocido y aceptado como tal. Su realeza la descubrimos y hacemos visible desde su cercanía, desde nuestra cercanía, desde la atenta escucha de lo que sucede en el mundo. Un mundo que necesita paz, consuelo, amor , acompañamiento...el mundo necesita ahora mismo que de una vez y por todas, nos tomemos a Cristo en serio y salgamos de nuestros rincones de egoísmo abriéndonos sin recortes de desconfianza a los demás. El mundo necesita de Cristo, también de nosotros. La realeza de Cristo está en el amor entregado, tanto el suyo como el nuestro que somos, según San Pablo, su cuerpo y estamos llamados a hacerle presente en la vida desde una entrega como la suya. Ese es Cristo Rey del Universo. El ya lo es, pero a nosotros nos toca construirlo día a día, poco a poco, sin desmayo , sin desesperanza, con la confianza puesta en su presencia amorosa que envuelve y da sentido a toda la existencia, al mundo, que con mucha frecuencia anda en ceguera porque no quiere aceptar que el futuro lo construyen Dios y el hombre y no solo el hombre.¡¡Feliz día de Cristo Rey del Universo !!
José Rodríguez Díaz