sábado, 4 de julio de 2020

LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO.
CICLO A.
Mt. 11, 25-30

" Y ENCONTRARÉIS VUESTRO DESCANSO "

En el texto del evangelio de esta semana Jesús se nos presenta como el gran valedor de nuestra existencia  pues podemos ver  cómo da gracias al Padre por todos y cada uno de nosotros, por las cosas que nos permite conocer, por  ese estar con nosotros dándonos la  gran oportunidad de conocerle  y conocer cual es su proyecto  para  la humanidad entera.
      Al  tiempo nos invita a seguirlo desde esta nuestra pobre existencia  sin mas  fuerza que la de la sencillez y la humildad, aceptando nuestra vida y todo lo que ella trae consigo,  como algo que nos debe  ayuda a vivir  en  comunión con  El y con  el Padre... Y se ofrece para calmar, sanar, acompañar, y remendar nuestro entuertos de manera que nuestra  existencia se vaya adecuando cada vez mas a lo que  deber ser: Hijos de Dios.
 Los cansados, los agobiados, los que ya han perdido todas las ilusiones, aquellos que ya no esperan nada porque el corazón está seco  y sin  ilusión, los que  sienten que su vida ha sido un fracaso después de mucho  batallar... Esos, esos pueden contar con El .
   El " Venid a mi" queda dicho como una gran promesa de alivio ante todo desconsuelo, desesperanza, desilusión, ante todo sentimiento de perdida y  abandono, ante todo cansancio ... 
   Por ahí pasa la salvación...   También hemos de decir que se hace necesario ir  a el,  buscarle.
Hemos de iniciar por nuestra parte un movimiento de acercamiento desde el reconocimiento de nuestra debilidad necesitada, es fundamental dejar que nos  sane y para ello debemos  tener claro que 
necesitamos su salvación, su sanación, su fuerza, su energía.. ese  poder que derrama en cada corazón cuando se le busca sinceramente.
  Y entonces, es cuando iremos entendiendo lo que dice del yugo y la cruz, de mansedumbre y humildad de corazón y sobre todo, lo que quiere decir cuando  habla   de encontrar  nuestro descanso.
    Si miramos los tres últimos años de la vida de Jesús nos  damos cuanta de que no fue precisamente  un camino sembrado de rosas, no, que también hubieron  espinas y cada vez mas dolorosas. No obstante, el habla de  alivio, de descanso, de paz interior ...  Sabe lo que dice, porque está hablando desde su misma vida, desde su experiencia. La paz del corazón,  a pesar de  todo lo que nos pueda rodear, solo se  alcanza cuando  lo tenemos en todo momento puesto en las manos del Padre.

 ¡Feliz día del Señor !


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