LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO CUARTO DE ADVIENTO. 
CICLO A.
Mt. 1,18-24


                      ¡¡  HAZLO POSIBLE !!

El texto del evangelio de este domingo nos presenta a José, desposado con María, teniendo que tomar una decisión  que para el no debió ser fácil  pues chocaba con la tradición  religiosa y las costumbres de su pueblo.

    No obstante, José, del que se nos dice que era un hombre justo, viendo y sufriendo la duda  y habiendo tomado ya una decisión, para el la mas correcta y desde el amor que sentía hacia María - abandonarla en secreto para que no fuera ajusticiada según la ley -,  se le pide que cambie sus planes y que se someta  a lo que el Señor le pide, y lo hace: acepta a María en casa. De esta forma facilita el camino para que los planes de Dios puedan salir adelante con dignidad. Es sorprendente pensar  cómo Dios  cuenta con la libertad y el albedrío del hombre para  hacerse presente en el mundo, con pobreza y sometiéndose a la ley: El Padre le pide al hombre su paternidad.

     Esta resolución de José, tomada desde la palabra de Dios , creo que nos debe hacer pensar  acerca de nuestras actitudes y proyecto , a la hora de tomar decisiones cuando, en muchas ocasiones , como creyentes, no tenemos  presente  la Palabra de Dios,  no  la tenemos   en cuenta. 
No podemos olvidar que lo nuestro  es facilitar el camino al Señor, hacer posible su presencia aún a costa de desalojarnos de nuestros proyectos , por muy  buenos , interesante o  justos que aparezcan a nuestros ojos, cuando  descubrimos que lo que Dios quiere es otra cosa que no coincide con lo que nosotros pensamos o hemos proyectado.  Tener presenta la palabra de Dios se hace imprescindible, mirarnos en su espejo y  abandonarnos a su misericordia , su fidelidad y lealtad, tratando de llevar a cabo lo que se nos pide.

    Hacer posible aceptando lo imposible, dejar que Dios actúe  renunciado a nuestros proyectos. Estar siempre dispuesto a emprender nuevos caminos desde  la palabra que nos llega y se nos da y que no debe ser otra mas que la palabra de Dios que por los miles vericuetos de la vida llega hasta nosotros y nos solicita disponibilidad  y aceptación.

¡¡Feliz cuarto domingo de Adviento!!