DOMINGO CUARTO DE PASCUA.
-EL BUEN PASTOR - CICLO C.
YO DOY LA VIDA ETERNA A MIS OVEJAS
El texto del evangelio de este domingo cuarto es de San Juan y en el Jesús se apropia de una imagen que ya nos encontramos en el Antiguo Testamento, la del buen pastor. El salmo 22, que se aplicaba a Yavé , nos habla de ello Esto ya nos esta diciendo de la identificación de Jesús con el Padre que vemos ratificada al final de la lectura de hoy donde nos dice: "El Padre y yo somos uno".
La consecuencia que se deriva de ello es que por el conocimiento y seguimiento de Cristo que alcanzamos desde la escucha y verificación de su palabra en nuestra vida, entramos en comunión con el Padre. Si estamos con Cristo, si seguimos a Cristo, estamos con el Padre. El camino hacia el padre es Cristo. Ya lo dijo a Felipe: "Yo soy el camino la verdad y la vida, nadie va al Padre si no es por mi".
Además, este texto posibilita la esperanza que se mueve entre el aquí y el después, pasando por el concreto ahora de cada instante,cuando nos dice que nos dará la vida eterna, que no pereceremos para siempre , que nadie nos arrebatará de su mano..
Todo ello depende de nuestra opción ante la palabra ofrecida y dada, si es aceptada, de si creemos a Cristo y hacemos de nuestra vida un seguimiento suyo a pesar de las circunstancias adversas que nos puedan trastornar u oscurecer el camino.
Se trata de conocerle, no solo por la fe, sino también por el amor; no solo por la credulidad, sino también por las obras que son las que verifican la fe, sostienen la esperanza y concreta la caridad.
Ser del Buen Pastor es ser de Dios por Cristo desde la fuerza del Espíritu Santo. Esto es lo que debe preocuparnos.
Ahí es donde debemos poner nuestro empeño sabiendo que todo es gracia, don recibido para nuestra salvación, que nos lleva desde la identificación con Cristo hasta la plenitud de vida en el misterio Trinitario en un ya que labra un futuro cierto y prometido, pero que necesita de nuestra acción cristiana.
¡¡Feliz domingo del Buen Pastor!!
-EL BUEN PASTOR - CICLO C.
YO DOY LA VIDA ETERNA A MIS OVEJAS
El texto del evangelio de este domingo cuarto es de San Juan y en el Jesús se apropia de una imagen que ya nos encontramos en el Antiguo Testamento, la del buen pastor. El salmo 22, que se aplicaba a Yavé , nos habla de ello Esto ya nos esta diciendo de la identificación de Jesús con el Padre que vemos ratificada al final de la lectura de hoy donde nos dice: "El Padre y yo somos uno".
La consecuencia que se deriva de ello es que por el conocimiento y seguimiento de Cristo que alcanzamos desde la escucha y verificación de su palabra en nuestra vida, entramos en comunión con el Padre. Si estamos con Cristo, si seguimos a Cristo, estamos con el Padre. El camino hacia el padre es Cristo. Ya lo dijo a Felipe: "Yo soy el camino la verdad y la vida, nadie va al Padre si no es por mi".
Además, este texto posibilita la esperanza que se mueve entre el aquí y el después, pasando por el concreto ahora de cada instante,cuando nos dice que nos dará la vida eterna, que no pereceremos para siempre , que nadie nos arrebatará de su mano..
Todo ello depende de nuestra opción ante la palabra ofrecida y dada, si es aceptada, de si creemos a Cristo y hacemos de nuestra vida un seguimiento suyo a pesar de las circunstancias adversas que nos puedan trastornar u oscurecer el camino.
Se trata de conocerle, no solo por la fe, sino también por el amor; no solo por la credulidad, sino también por las obras que son las que verifican la fe, sostienen la esperanza y concreta la caridad.
Ser del Buen Pastor es ser de Dios por Cristo desde la fuerza del Espíritu Santo. Esto es lo que debe preocuparnos.
Ahí es donde debemos poner nuestro empeño sabiendo que todo es gracia, don recibido para nuestra salvación, que nos lleva desde la identificación con Cristo hasta la plenitud de vida en el misterio Trinitario en un ya que labra un futuro cierto y prometido, pero que necesita de nuestra acción cristiana.
¡¡Feliz domingo del Buen Pastor!!
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