DOMINGO V DE CUARESMA . CICLO C.
(Jun.8,1-11)
CUANDO QUEREMOS ENMENDAR LA PLANA A DIOS
El texto del evangelio del domingo pasado ( el hijo pródigo y el de esta semana ( la pecadora) nos invitan a descubrir cómo la misericordia de Dios se manifiesta en favor del hombre, perdonando, acogiendo, poniendo en pie al caído ( para eso he venido dirá Jesús) pero también nos encontramos en ambos textos la oposición de los que se creen justos y por tanto, con el derecho de pedir cuentas a Dios y digamos que atreverse a marcar su agenda.
En el primero es el hermanos que se niega, que no quiere saber y que critica al padre por acoger al hermano menor, digamos que por ser padre; en el de este domingo son los letrados y fariseos que exigen un cumplimiento de la ley sin recortes ante el pecado, como si ellos no fueran pecadores. doble rasa de medir. Es eso lo que les reprocha Jesús.
En el primero es el hermanos que se niega, que no quiere saber y que critica al padre por acoger al hermano menor, digamos que por ser padre; en el de este domingo son los letrados y fariseos que exigen un cumplimiento de la ley sin recortes ante el pecado, como si ellos no fueran pecadores. doble rasa de medir. Es eso lo que les reprocha Jesús.
En ambos textos nos encontramos con la misericordia de Dios, pero en el segundo es el mismo Dios quien actúa en un hecho concreto que ya no es solo palabra, sino acción bien definida, en favor de la que ha de soportar el peso del pecado y del juicio inmisericorde de los que creen manejar las intenciones de Dios.
Lo del Hijo pródigo es una parábola, lo de la pecadora es un hecho que visibiliza y concreta lo que Jesús viene diciendo ha tiempo y que seguirá haciendo hasta el final.
Esto tendremos ocasión de comprobarlo en los últimos días de la vida del Maestro donde se juega el todo por el todo ofreciendo a raudales perdón, misericordia, cercanía y dando siempre la posibilidad de empezar de nuevo.
Esto tendremos ocasión de comprobarlo en los últimos días de la vida del Maestro donde se juega el todo por el todo ofreciendo a raudales perdón, misericordia, cercanía y dando siempre la posibilidad de empezar de nuevo.
Una buena llamada de atención para los que nos atrevemos a enjuiciar pidiendo cuantas a Dios de su perdón o cuando nos atrevemos a actuar en su nombre ante el caído.
Misericordia quiero y no sacrificios, se nos dice, y también: un corazón quebrantado y humillado tu,Señor,no lo desprecias.
Una buena llamada de atención para los que nos atrevemos a mirar por encima del hombro a los hermanos o cuando queremos sacar la mota del ojo ajeno teniendo una viga en el nuestro.
Una buena llamada de atención para los que nos atrevemos a mirar por encima del hombro a los hermanos o cuando queremos sacar la mota del ojo ajeno teniendo una viga en el nuestro.
¡¡¡FELIZ DÍA DEL SEÑOR!!!
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