sábado, 27 de octubre de 2018

LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO . CICLO B.
Marc.10,46-42.

  NECESITAMOS VER

    A la orilla del camino, pidiendo limosna y esperando la oportunidad de su vida se encuentra Bartimeo,nos dice Marcos en su evangelio de hoy;  y le llega  la ocasión tan esperada con el paso de Jesús, ocasión que nuestro buen hombre no desaprovecha, quiere ver y así lo grita y  pide. la gente, como siempre, queriendo evitar situaciones embarazosas le mandan callar pero el no calla y Jesús pide que se lo traigan, quiere escucharle y le da lo que pide, la vista, ver, poder ver., eso era lo que este hombre ansiaba.
     Hoy también hay mucha gente a la orilla del camino que estan deseando ver, entender, ser acogidos, escuchados, encontrarse con el que pueda darle sentido a su vida
  Nos toca a nosotros  favorecer ese encuentro, nosotros, que se supone vemos y llevamos ya un recorrido mas o menos largo junto al Maestro.
 Con Mucha frecuencia los caminos de la vida  se muestran  llenos de dificultades y sombras y necesitamos ver, también nosotros, los que andamos con El.

   La iglesia no puede dejar de tener los ojos bien  despiertos y estar dispuesta a salir de cualquier postración; necesita ver y salir  a los caminos y para ello  ha de  pedir  al Maestro la luz, tanto de los ojos como la del corazón, ha de dejarse interrogar por El: ¿ Qué que es lo que necesitas, que es lo que quieres?. No se si nosotros desde nuestra cómoda  postración seríamos capaces de pedirle lo mismo que Bartimeo: " Maestro, que vea"
Si, que veamos, que nos demos cuenta de que hay que mirar  todo con ojos nuevos y cada día, mirarnos con ojos nuevos los  unos a los otros, el mundo y a nosotros mismos también, ¿por que no? Y es que cada día es distinto  y cada día Jesús se acerca  por nuestro camino y no debemos desaprovechar, como Bartimeo , la ocasión de dejarnos llamar y dejar que devuelva la vista a nuestros ojos que, con tanta frecuencia , no es que no vean,  sino que no quieren ver, eso es peor.
     Ser capaces de dar el salto, reconocerle como el Señor y seguirlo por el camino de la cercanía, de la solidaridad, del perdón , de la fraternidad, haciendo y potenciando la comunidad, la humanidad. Se hace necesario que nos dejemos sanar los ojos con el colirio del  amor de Cristo.
¡¡Feliz día del Señor!!




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