sábado, 11 de agosto de 2018

El jesuita español Carlos Riudavets, asesinado en la selva peruana.


Llevaba 38 años dedicado a la educación de las comunidades nativas amazónicas.
Esta mañana, la población amazonense despertó con la triste noticia del asesinato de P. Carlos Riudavets, cuyo cuerpo fue hallado con claros signos de violencia en su residencia ubicada en el Colegio Valentín Salegui, Fe y Alegría N° 55, ubicada en la provincia de Bagua, distrito de Imaza, cerca a Condorcanqui. El desorden que se observa en la cocina, dan indicios que el septuagenario sacerdote luchó por su vida hasta el último minuto.
El sacerdote, que pertenecía a la orden de los Jesuitas, tenía 73 años, de los cuales 38 los dedicó a servir en esa zona del oriente peruano. Toda su vida religiosa la dedicó a la educación de las familias de las comunidades originarias o nativas de Amazonas, pertenecía al Vicariato Apostólico de Jaén que comprende las provincias de San Ignacio y Jaén, en la región Cajamarca, Condorcanqui en la región Amazonas y el distrito de Aramango en la provincia de Bagua.


Santiago Agrelo: "El miedo al emigrante da votos, y los votos son poder"



Ésta es la última información que me llega. Ahora desde Nador:

"Caos, desolación, destrucción en los bosques, en los campamentos donde viven cientos de emigrantes subsaharianos. Destrozo de campamentos y deportación de personas, han sido una constante durante los últimos años; sin embargo, los hechos de estos días han destacado por crueldad, por falta de miramientos frente a niños, niñas y mujeres.
Los agentes están rastreando campamentos y barrios donde se alojan los emigrantes, están destrozando las tiendas de campaña y robando las escasas pertenencias de las personas que allí se instalan. Fuimos testigos de cómo decenas de emigrantes (entre ellos mujeres, niños y niñas) eran metidos en autobuses que se dirigían a la comisaría. La mayoría de estas personas han sido deportadas a otros lugares de Marruecos.
En el hospital Hassani, nos hemos encontrado con muchos heridos.
Dos niñas, de 6 y 9 años respectivamente, han sido separadas de sus madres y deportadas hacia Rabat. Las madres fueron liberadas en la comisaría (una de ellas se encuentra en el hospital, donde va a ser operada a causa de una fractura que se produjo mientras huía) y las niñas fueron separadas de ellas y deportadas solas.»

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