sábado, 11 de agosto de 2018

LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO XIX DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B.
Jun. 6,41-52.

       PARA QUE TENGAN VIDA     Seguimos adentrándonos en el curso por el que lleva Jesús  el discurso del "pan de vida"  que  como pueden comprobar se encuentra en el capítulo 6 del evangelio de San Juan.
 En el texto de hoy nos encontramos con la reacción de la gente que se resiste a creer en las palabras de Jesús por lo que  buscan razones para justificar la postura que estan tomando y  que son las mismas que ya oyó Jesús en la sinagoga de su pueblo, Nazaret.

 Y, como allí sucedió, nos encontramos aquí con un Jesús que no se amilana y  sigue ofreciéndose  y manifestandoles la verdad; les habla de vida eterna, les dice que el maná del desierto fue un anticipo de  su persona y presencia en medio de ellos  y que viene a dar vida, vida para el mundo, pero también les advierte de que todo esto será posible si creen: " Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna".
 Ahí, esa es la clave para aquellos que le seguían y para nosotros, que también le seguimos.
    

    Pienso que se nos pide un esfuerzo de reconsideración de lo que es y significa, la Eucaristía; lo que El pan de Vida trae a nuestras vidas, llevándonos a transitar por la vida.
 Jesús no solo habla de vida eterna, habla también de  vida  del mundo, o sea que lo mismo que cuando le preguntan por el mandamiento principal el contesta:  amor a Dios y al hombre;
 ahora, que habla de la vida eterna, no olvida la vida del mundo, la vida  humana. 
En realidad, esto es lo que nos encontramos en el hondón del texto. La vida humana nos ha de llevar al encuentro de  la vida divina  y al revés, lo divino nos ha de llevar a lo humano; no podemos vivir esta  experiencia como estancos separados, hay que hacer  y buscar la confluencia  en y el punto de encuentro, en donde Dios y hombre se ponen  a caminar, mano con mano, hombro con hombro  y con la mirada puesta en un mismo horizonte hacia el que aspiran
 y que un día llegara por fundirlo en uno solo: Dios-hombre, hombre - Dios.

 ¡¡Feliz  día del Señor!!




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