sábado, 5 de septiembre de 2015

LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO.
CICLO B.
Mrc. 7,31-37

Y DIOS SIGUE ACTUANDO

El texto del evangelio de hoy nos relata lo que sucede en una de las salidas misioneras de Jesús por tierra de paganos camino del lago de Galilea. En esta andadura  le presentan a un sordo que apenas puede hablar para que lo sane y lo hace. No se niega a ello y con su propia saliva le toca la lengua. Son gestos que dicen mucho, lo cierto es que el hombre quedo  sano y nos dice el texto que se le soltó la traba de la lengua y comenzó ha hablar.


 Al hombre se le pide prudencia , pero ¿ quien calla a uno que lleva años deseando pronunciar una palabra sin poder y de repente se da cuenta de que puede expresarse sin dificultad y que los demás le puedan entender?  pues esto es lo que le pasa a este hombre. Lo cierto es que  la gente se asombra ante tal acontecimiento y  reconocen lo que ha sucedido con una expresión que nos remite a Isaías: " hace oír a los sordos y hablar a los mudos". Esto entraba en la misión que asume Jesús  allá en su pueblo de Nazaret, en la sinagoga, cuando le dan a leer el royo de Isaías y que el  proclama como tiempo ya ha empezado. Es el tiempo de la gracia y de la misericordia, de la cercanía de Dios que cumple su palabra y que tantas veces a sido anunciado y otras tantas esperado, aunque muchos no lo van a entender y se van a negar a aceptar que Dios pueda estar actuando de forma nueva, maravillosa y sencilla, otras vez, en medio de ellos, en favor de ellos y en tierra de paganos. Me viene a la mente la gesta en Egipto donde el Señor rescata por mano de Moisés a su pueblo, el cautiverio de Babilonia, de nuevo tierra pagana y ahora, dominados por paganos en propia tierra, mas doloroso si cabe, el Señor vuelve a actuar. Es el año de gracia del Señor para los suyos y para los que no siéndolo están dispuesto a acogerle, reconociéndole con un corazón sencillo y necesitado que con humildad se pone en sus manos.


 Hoy, en nuestra querida Iglesia, bueno, la Iglesia de Jesús, que no por eso deja de ser querida por nosotros, el Papa Francisco nos está anunciado el año de la misericordia, el año de la gracia del Señor y se abren multitud de espectativas cargadas de esperanza para muchos hermanos nuestro que por " h " o por  " b" se ven apartados de la comunión eclesial y del sacramento que lleva  dicho nombre. Está siendo el año de Gracia del Señor que de nuevo en nuestra propia tierra, en donde también hay sombras de paganismo, de incredulidad y  de cerrazón ante el hecho de que Dios siga antuando, es proclamada la salvación, la cercanía de Dios para todos los hombres, habiten o no, en nuestra casa.
Los que nos consideramos fieles al Señor y andamos en ese empeño hemos también de ser humildes y  tratar de darnos cuenta de esta acción de Dios, no solo en favor de los alejados, sino que también es en favor nuestro porque nos libera de poseciones y posiciones dogmáticas que nos endurecen y que hacen  que nuestra fe sea  hueca y fallida.
 Demos gracias al Señor. Abrámosnos a la esperanza que es para todos y a la salvación que el Señor, también desde nuestras manos y actitudes, en definitiva, desde nuestro corazón cargado de su misericordia, quiere llevar, acercarse, a todos los hombres y mujeres que habitamos este mundo tan suyo y tan nuestro, como es  el planeta en el que habitamos.
Feliz día del Señor.

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