UNA LECCIÓN DE CERCANIA
Mrc,4,26-34
En el texto del Evangelio de este domingo nos encontramos con algo que a todos los que andamos en el empeño de anunciar la Buena Noticia del Señor, como se nos mando, nos puede ayudar mucho: la pedagogía que usa Jesús a la hora de hablar a la gente.
Esta es una forma nueva de hablar de y sobre Dios, muy distante de lo tradicional, de lo que se enseñaba en el templo, diríamos que casi profana. Con esta forma que Jesús usa para hablar del Reino de Dios, lo hace mas cercano, mas enraizado en la vida y ofrece e invita a los que le escuchan buscar la interioridad que les puede proporcionar lo que hacen con sus manos, porque es que también ahí está Dios.
Es un paso mas hacia la cercanía Dios Padre y Creador, a la vida interior que no está , ni debe estar, reñida con el calor del medio día , ni con el frío de la noche, ni con el esfuerzo de la siembra, ni con la espera de meter la hoz cuando llegue la cosecha.
A Jesús, con mucha frecuencia, la gente le llamaba Maestro, porque enseñaba y sigue siéndolo para aquello que queremos vivir desde El y con El y anunciar la Buena Noticia.
El texto de hoy me invita a mirar la vida y darnos cuenta donde están los trabajos, fatigas, sudores ,alegrías y esperanzas de hombres y mujeres y desde ahí, anunciar, usando su propio lenguaje dando una dimensión de trascendencia que termine por consagrar todo lo que el hombre hace, piensa y dice. Esto no quiere decir que no haya otras sugerencias en el texto como son la paciencia, la confianza en el Padre Dios, o la realidad de la riqueza que esconde lo pequeño y humilde. Pero a mi me llama la atención esta forma de acercarse que tiene Jesús a la gente, este saber manejar el momento y las palabras desde lo cotidiano, sublimándolo, hablando de lo rutinario, de lo divino y eterno. Este esfuerzo por establecer una nueva forma de cercanía desde lo comprensible, realista y fuertemente entroncado con la vida cotidiana, es único y llega al corazón.
¿Cuantos movimientos extraños en los bancos de la asamblea cristiana, miradas de reloj que mas que mirada son palabras? ¿ Cuantos bostezos, porque no se termina de aterrizar en las homilías, evitaríamos si fuésemos capaces de hablar con sencillez de lo divino empleando un lenguaje humano, cercano a los que nos escuchan? Así, pues, se hace necesario estar atentos a lo que preocupa, lo que mueve e ilusiona a los hombre y mujeres de hoy. Hay que dejar que la sabiduría de Dios nazca de la tierra. Su gloria sera también en la tierra y sobre todo, en el corazón del hombre.
¿ " El Reino de Dios se parece"?
FELIZ DÍA DEL SEÑOR
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