ENTRE TODOS.
Me paro a reflexionar los momentos actuales que estamos viviendo tanto a nivel nacional como mundial y, de verdad que no dejo de preguntarme donde estamos, con asombro y a veces, con cierto miedo.
Miramos nuestro entorno y bien pronto se destapan el descontento, los engaños e irresponsabilidad de muchos de los que están al frente de la sociedad, el desahucio de una mayoría social que va sacando la vida a "trancas y barrancas" con mas desconsuelos que esperanzas, el deterioro de las personas, el oculto, pero latente, salvese quien pueda. Este conformismo, al que corremos el peligro de acostumbrarnos, es padre de situaciones que llevan a la picaresca, a la desconfianza.
Situaciones que, poco a poco, se convierten en congénitas y de las que se tardara mucho tiempo en salir . Otras no podrán ser superadas y se quedaran ahí para siempre. Valores que serán irrecuperables durante unas cuantas generaciones.
Mirando mas allá de nuestras fronteras tampoco falta desconcierto: guerras sin sentido, ninguna guerra lo tiene, abusos de poder de unos pueblos sobre los otros, hambre, emigración, mal uso de los recursos, enfermedades nuevas que van apareciendo y miedo, sobre todo, miedo y deseos tremendos de sobrevivir.
Esta sensación de que nada es definitivo en estos tiempos,- sensación que cada vez es mas robusta- rompe con todo tipo de esquemas de futuro, de ilusión, de esperanza, de proyectos.
Creo que tenemos que repensarnos como personas y desde ahí reorganizar el mundo, esto es doloroso , pero se hace cada vez mas necesario.
No podemos seguir así y salir victoriosos de este laberinto. Es algo ante lo cual todos los pueblos y naciones, ricos o pobres, han de apostar.
Si no estamos contentos y queremos de verdad un mundo mejor, todos los pueblos hemos de cambiar y romper con actitudes egoístas y negativas. El mundo no será mejor si el hombre se niega a abrirse a la realidad, a los demás, al dialogo, si el hombre no es mejor. Eso es así nos guste o no.
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