A
principios del verano, Suiza aprobaba por referéndum con una amplia
mayoría de casi el 80% el endurecimiento legislativo para obtener el
asilo en el país. En un clima de rechazo creciente a este tipo de
inmigración, una nueva polémica agita al país. Se trata de la iniciativa
de la ciudad de Bremgarten, en Argovia, donde funciona desde el lunes
un nuevo centro de acogida para los demandantes de asilo con capacidad
para 150 personas. Sus residentes tienen prohibido acercarse a ciertos
lugares, como escuelas y salas deportivas. Una segregación denunciada
como racista por asociaciones de derechos humanos.
El
Ayuntamiento de Bremgarten ha firmado con la Oficina Nacional de
Migraciones (ODM) y el Departamento Federal de Defensa un pacto que
estipula un total de 32 “zonas sensibles” de exclusión para los
residentes de este nuevo centro. Entre estos lugares directamente
vetados a los extranjeros pendientes del asilo se encuentra la escuela,
una serie de infraestructuras deportivas, el casino y la piscina
pública. La ODM recuerda que se aplican medidas similares en el centro
de Nottwil (Lucerna).
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