QUERIDOS REYES MAGOS
Queridos reyes Magos, hace ya sesenta
años que no les escribo pidiéndoles regalos por estas fechas en la
que todos los niños se ilusionan con la llegada de ustedes y es que
yo ya estoy jubilado.
Desde que cumplí los seis años he
dejado de escribirles, pero eso no quiere decir que me haya olvidado
de ustedes, pues puntualmente todos los años, la noche del cinco de Enero, al irme a la cama, dejo mi zapato con la ilusión de que uno
de ustedes se acerque hasta mi dormitorio y me deje algún
detalle.Pero en esta ocasión si que voy ha hacerlo.
No se si se acuerdan ustedes de mi,
yo creo que si, pues se que tienen una memoria estupenda y nadie
queda en el olvido. Por eso es por lo que me he atrevido a
escribirles de nuevo, ahora que estoy entrando en la segunda niñez
forzado por el paso del tiempo. Dicen que se vuelve uno mas
sentimental, no lo se . Lo cierto es que estoy escribiéndoles porque
se que ustedes harán todo lo posible,como siempre lo han hecho,
para cumplir los deseos de los que lo hacen. Además, tengo que
decirles que yo no creo en la competencia de ese señor gordo y
vestido de rojo que le llaman papa noel que no es ni papa ni sabe
donde esta Belén.
Bueno, el asunto es que lo estamos
pasando muy mal, supongo que ustedes lo saben. Andamos tristes,
cabizbajos y sin ganas de fiestas ni nada por el estilo. Nuestro país
se ha convertido en algo triste y sin ilusión. Estamos perdiendo la
confianza y la autoestima en nosotros mismos a pasos agigantados, ya
no creemos en casi nada ni nadie y andamos todos los días, pensando
en ver como podemos escapar de la que nos esta cayendo encima: de
esta crisis larga y profunda que nos afecta a todos por igual, pero
que a los que coge por delante los arrastra. El futuro es pura
oscuridad.
Lo que les pido es lo siguiente: ¿
Ustedes, que anduvieron en la noche oscura, pero supieron buscar la
estrella y dejarse guiar por ella, no podrían ayudarnos a encontrar
una luz en nuestro camino que nos devuelva un poquito de esperanza y
de ilusión y de ganas de vivir? ¿ No podrían decirnos como
hicieron para encontrarla? porque es que,de verdad, andamos dando
palos de ciegos sin saber a que acogernos. Yo creo que si la
encontráramos seríamos capaces de ponernos en camino. Que por
cierto, no se si saben que no hemos sido nosotros, los currantes, la
gente de cada día, los que nos hemos metido en el atolladero, han
sido otros, los que nos han zambullido en el y que ahora escapan
por la puerta de atrás tan alegremente, dejándonos en la estacada y
como si nada tuviera que ver con ellos y ¿saben lo que les digo,
mis queridos Reyes Magos ? No hay derecho a eso y es además una
injusticia de las gordas, ¡vaya que si lo es! y si no que se lo
cuenten a la vecina que no tiene ni donde caerse muerta y encima le
quitan la casa por impago. ¡Tiene gracia la cosa! ¿ A que sí ?
Necesitamos esa luz de confianza y de solidaridad para entre todos
salir del atolladero en el que nos encontramos.
Claro que ustedes podrán pensar
aquello de “ a buenas horas mangas verdes” pero aún a riesgo de
ello, que yo se que no va a ser así, les pido como un viejo que
soy, pero que en estas fiestas recupera al niño que fue, que nos
ayuden y nos traigan el regalo de la esperanza y de la fe en nosotros
mismos. La ilusión por hacer las cosas, la capacidad de aceptar
nuestros errores y sobre todo el saber reconocer donde está la
verdad y caminar hacia ella,
Yo se que nosotros, como ustedes,
tenemos un largo camino que recorrer para llegar a la meta y que no
es fácil, por eso es por lo que les pido ayuda. ¿Serían ustedes
tan amables de hacernos este regalo?
Mis queridos reyes magos: Melchor,
Gaspar y Baltasar, no dejen, por nada del mundo, de seguir sembrando
ilusión y alegría, no solo en los mas pequeños, sino en todos los
hombres de buena voluntad que poblamos la tierra.
Y me supongo que ya tendrán preparadas
grandes sacas de carbón del mas negro, como hacen ustedes para los
que no se portan bien, no para los niños, sino para los egoístas,
maleantes y avaros de traje y corbata que solo han pensado en llenar
sus bolsillos a costa del dolor y el sufrimiento de los demás y que
solo siguen pensando en ellos mismos, aunque la gente pase hambre.
Eso a ellos no les importa porque tienen el corazón tan duro que ya
no saben llorar y menos ponerle cara al hambre, al dolor y a la
tragedia que vive la gente. Mis querido Reyes Magos, un saludo muy
fuerte y que tengan buena jornada repartiendo alegría, sobre todo a
los mas necesitados, que eso si que le gusta al Niño Jesús.
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