¿POR QUÉ SE LLAMA BOLSA, AL LUGAR DONDE SE COMPRAN Y VENDEN VALORES?
Por Mari Sánchez
Preguntándome sobre qué podría hablar esta semana, encontré
en mi viejo baúl, un argumento que nos habla de un tema que, en estos momentos,
está en el candelero. Todos conocemos y, son muchos los que la padecen, la
situación de quiebra por la que están atravesando nuestros bancos y, que como
siempre pagamos todos, menos ellos.
Son muchas las familias que, a consecuencia de la tan traída
y llevada crisis, se han quedado sin trabajo; cosa que se agrava si para más
INRI tienen una hipoteca. El banco, sin pensarlo dos veces, corta por lo sano
quedándose con el piso.
La desahuciada familia se queda en la calle y sin llavín,
nunca mejor dicho, pero con una deuda que pagar la cual ha llevado, en más de
una ocasión, al suicidio de padres y madres, que desesperados, no ven otra
salida a esta ley de “desahucio en el pecho”
Es de total despropósito que, a una persona le cueste la
vida el no poder hacer frente a ese pago, cuando los cuatro sinvergüenzas que
son los responsables de todas esas malas gestiones, se vayan de rositas o, peor
aún, se jubilen con un sueldo, que lleva tantos ceros, como de largo es el rabo
de un cometa.
Mientras nuestro querido gobierno sigue inyectando dinero,
yo diría que por vena, a estos bancos. Dinero que además se reparten los socios
pues, según escuché no hace mucho, cuando a las arcas del banco entran fondos
los financieros y mandamases tienen derecho a un porcentaje de ese dinero ¿?
De lo que sí estoy completamente segura es del daño tan
irreparable que están haciendo estos “chupópteros” Primero, elevando del modo
que lo hacen, los intereses a pagar por el capital prestado. Segundo, la cruel injusticia que cometen dejando sin
techo a una familia. Y, lo que es peor, que todo esto ocurra con el beneplácito
de nuestro querido gobierno. Si bien es verdad que las
cosas están empezando a cambiar, gracias a las miles de personas que se han
echado a la calle, protestando ante tamaño desacato y desfachatez de estos
¿Señores?
Pero, sepamos por qué se da este nombre al lugar donde se
presta dinero.
Su origen viene de lejos, concretamente de Bélgica, y data
del año 1400. Desde esa época en las ferias medievales; plazas, tabernas y
cualquier otro lugar se compraban títulos y valores mobiliarios.
Una teoría nos cuenta que, el nombre de “Bolsa de valores”,
llega por las reuniones que se efectuaban en el castillo de la familia de banqueros Van
der Bourse, en la ciudad de Brujas, (Bélgica). Esta familia tenía organizado un
mercado de títulos de valores y, ya que Bourse en francés, significa “Bolsa” es
de ahí de donde nos llega el nombre.
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