MONSTRUOS Y ENANOS.
Por María Sánchez.
Era tal el éxito que tenían estos seres en los
teatros griegos que muchos padres, con escasos recursos económicos,
deformaban a sus hijos desde pequeños con la ayuda de vendas y
tablillas. Lo hacían con el fin de que fueran contratados para
escarnio y regocijo de los mal llamados “humanos” El dinero que
recibían les ayudaba a pagar la comida al resto de la familia.
Quiero pensar que tomar esta decisión era la cosa
más dolorosa para unos padres que ven sufrir, casi desde su
nacimiento, a un hijo que ha nacido con una deformidad, o verse
forzados a deformarlos, por ser éste uno de los pocos medios con los
que contaban para conseguir un poco de pan con el que saciar el
hambre. Imaginemos a un bebe con su cuerpo, constantemente
aprisionado por unas vendas, que se van cambiando a medida que va
creciendo.
Este método se usaba también con las niñas
japonesas. La diferencia entre unos y otros era que a estas niñas sólo les vendaban los pies, la intención era
que estos no crecieran, y una vez adulta tuvieran ese andar tan
peculiar que poseen las mujeres japonesas.
No se asusten amigos lectores ni se lleven las manos
a la cabeza, porque esto que les cuento a continuación, está
sucediendo en pleno siglo XXI. La diferencia es que no ocurre en la
antigua Grecia sino en la India. Es este, como todos sabemos, un país
pobre y olvidado de la mano, y la conciencia, de los todos poderosos
mandamases que tal mal la gobiernan.
En la India no se vendan a los niños aquí se
venden a las niñas a los prostíbulos. Así es, por muy duro que
pueda parecerles, pero esto, aún siendo inhumano, no es lo peor.
Lo trágico, doloroso y vergonzoso para los que nos
hacemos llamar seres humanos, es que estas niñas tienen más valor
económico cuantos más jóvenes son. Cuando digo jóvenes, no me
refiero a las adolescentes de 13 años en adelante, por el contrario
son más valoradas las menores. Niñas de 2 y 3 años.
Parece mentira he inverosímil pero, a parte de todo
esto hay algo peor si cabe, y es el motivo por el que son éstas
las preferidas. Hay hombres, no todos por suerte, que a cambio de
sentirse más varoniles son capaces de todo, incluso de creer que por
tener sexo con una niña de 2 ó 3 años, se convierten en los más
machos del mundo.
Este trato vejatorio se empeora cuando este hombre
es un enfermo de sida. Llega a tal extremo su incultura que piensa
que al tener relaciones sexuales con estas niñas, sin usar
preservativo, les libran de esta enfermedad.
No me vale que digan que estas son sus costumbres o
su cultura, esto no tiene disculpa posible. Para mí como mujer y,
seguro que para los hombres, que miden su hombría por el amor y el
respeto hacia todas las mujeres, estos seres que no hombres, son peor
que animales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario