sábado, 29 de noviembre de 2025

LA PALABRA DEL DOMINGO. DOMINGO PRIMERO DE ADVIENTO. CICLO A.

 CON TODA LA CARNE EN EL ASADOR.

                                                                      

   El tiempo de Adviento de este año en nuestra diócesis lo dedicamos a la esperanza. Desde ahí se nos invita a reflexionar y a preparar el camino que nos ha de conducir hacia el Pesebre en donde el misterio de Dios nos espera. Según los textos de cada domingo vamos a tener una frase que quiere sintetizar la idea principal en torno a la cual los textos nos invitan a reflexionar. En este domingo la frase es la siguiente : “ Vigilancia, atención, preparación del corazón”.

Decir además que entramos en el ciclo A y que el evangelista que nos acompañará durante todo el ciclo litúrgico de este año que iniciamos será San Mateo. Así que, manos a la obra y nos zambullimos en los textos.

El primero de ellos es del profeta Isaías ( Is. 2,1-5 ) Decir que el profeta nos acompañará durante todo el tiempo de Adviento intentando ayudarnos a recuperar la esperanza en la misericordia de Dios si la hemos perdido o fortalecerla si anda débil. Este profeta le habla al pueblo hallándose en una situación de miedo: teme que Dios le haya olvidado, le haya abandonado por sus infidelidades y sobre todo por sus coqueteos con otros reyes buscando en ellos la fortaleza que debían buscar en Yave-Dios. A recordar que ellos en esta época viven desde una conciencia muy arraigada de que son el pueblo de Dios y que son pueblo porque este les ha constituido como tal, luego su existencia y destino final dependen del favor de Dios y si eso lo han perdido, ellos mismos se sienten perdidos. Pues bien, desde ahí es desde donde se dirige a ellos el profeta, desde ese sentirse perdidos. Despues de una pequeña introducción les habla de paz, de consuelo, nada de pertrecharse para la guerra, de forjar armas para la contienda. El profeta les invita a dejarse instruir por el Señor, a acudir al templo a la oración y a la escucha de la palabra. El Señor es quien nos ha de salvar, les dice, pero es necesario que nos dejemos modelar por el como pueblo de paz, que quiere y busca la paz y no la contienda. El profeta invita ha hacer una camino distinto al que hacen los pueblos colindantes y las grandes potencias de entonces como eran Asiria, Esparta, Egipto, Roma, Cartago... cuando les dice: “ Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor” 

                                    

La segunda lectura es de la carta que escribe Pablo a la comunidad de Roma ( Rom.13, 11-14 ) en donde les invita a abrir los ojos, a mirar alrededor y darse cuenta del momento en el que viven, a percatarse donde están para poder actuar como lo que son: seguidores de Cristo. Por tanto, les dice y nos dice: “ Vestíos del Señor Jesucristo y que el cuidado de vuestro cuerpo no fomente los malos deseos.” Nada de vivir como gente que no sabe por donde va, como el que anda a oscuras, dando palos de ciego. Nosotros sabemos a quien seguimos y donde está nuestra esperanza y quien es el que la sostiene. Así que, a esforzarnos por vivir con dignidad, como hijos de Dios que somos y en la conciencia de que estamos llamados a mas, a mucho mas. No podemos dejar que el pecado que coexiste en el mundo con la bondad y el bien, ofusque nuestra mente, nos extrañe de nosotros, nos enfrente a los demás y nos aparte del mismo Dios.

                                        

Y en el texto del evangelio ( Mt. 24,37-44) Jesús habla a los discípulos y les habla de algo que ellos conocen y que el quiere traer al presente como ejemplo para que comprendan que la esperanza de la salvación ha de ser algo activo, que compromete al hombre todo entero, desde la misma vida, con la vida y por la vida y aún a pesar de la dificultades, los interrogantes y los miedos, que son reales, permanecer fieles en esperanza sabiendo que  Dios cumple. Tenemos que ser capaces de pararnos a pensar, Calivar y actuar según la palabra que se nos ha dado, la esperanza por la que luchamos y la fe por la que creemos en el Dios de la vida. Este es Noé. Jesús poniendo el ejemplo de este hombre nos está diciendo que hay que jugárselo todo, como Noé, a una carta: la de la confianza en la palabra de Dios y Dios, no le falló. Ustedes igual, les dice, nos dice.


¡¡Feliz primer domingo de adviento!!


José Rodríguez Díaz .

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