SOMOS UN PUEBLO QUE CAMINA.
Los textos de hoy nos pueden ayudar a seguir en la reflexión. Así que, vamos a por ellos.
El primero es del libro de los Macabeos ( Mab. 7,1-2.9-14) en donde toda una familia fiel al Señor se apoya entre sí ante la amenaza de muerte a la que es sometida si no abandonan la fe. Y resisten y se mantienen firmes y se animan a ser fieles aunque ven y viven el dolor de que se les esté robando la vida. La fe se sostiene en la comunión y desde el testimonio compartido.
La segunda lectura es de San Pablo a los de Tesalónica ( 2a Tes. 2,16-3,5) y en ella nos encontramos que Pablo anima a esta comunidad a ser fiel al Señor ante la adversidad y en la conciencia de que son del Señor y les dice frases como estas: “ el Señor, que es fiel, os dará fuerzas y os librará del malo.” O esta otra: “ que el Señor dirija vuestro corazón para que améis a Dios y respetéis a Cristo”. Todo desde un contexto en donde deducimos que la comunidad está siendo perseguida y sufre. Hay que alentar la esperanza, les dice, hay que seguir haciendo las buenas obras y orar por todos. Otra cosa muy importante, les dice, es el hecho de ser conscientes de que la fe no es de todos y los hombres perversos van a querer hacernos daño.
Vemos en estas lecturas como la iglesia se sostiene desde el encuentro, la comunión, la celebración, la oración y la palabra: el testimonio compartido hacia dentro. Necesitamos apoyarnos, la fe no es algo solamente individual y personal.
Hay algo mas, la fe tambien está llamada a ser anunciada, compartida, donada. La fe tambien es hacia fuera, hacia los otros, - como nos recordaría nuestro querido Papa Francisco - y no solo como buena obra, sino tambien como anuncio e invitación a aquellos que andan sin Dios para que lo acepten en su vida haciendo que la familia crezca. Esta es otra de las grandes característica de Dios: que se comparte, se entrega y crea y recrea familia nueva. En toda la historia de la salvación nos encontramos con esto.
El texto del evangelio ( Luc. 20,27-38 ) nos habla de la esperanza donde ha de estar anclada nuestra fe: La resurrección. Resurrección que es anunciada por el mismo Jesús diciéndonos que quien la sostiene y la promete es el Dios de la vida, desde siempre y en donde el va a ser la primicia, el pastor que va delante, el que nos lleva y conduce, la fuente de agua fresca que apaga la sed, la luz que alumbra tanta oscuridad: Cristo resucitado.Porque creemos en el Dios de la vida, porque esperamos en la vida, porque sabemos de su vida. Por eso, por todo eso, estamos en la entrega de la vida haciendo que la vida sea cada vez mas y mas la misma vida de Dios. La Santa de Ávila decía aquello de : “ Vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero, que muero porque no muero" Y es que eso parece que lo había entendido a la perfección.
Día de la Iglesia Diocesana, una Iglesia que apuesta por la vida, por la comunión, por la solidaridad, por el recrear el mundo, por la vida. En definitiva, por Dios.
¡¡Feliz día de la iglesia!!
José Rodríguez Díaz




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