MONICIÓN DE ENTRADA.
Poco a poco vamos avanzando en el conocimiento de Dios que por medio de la Palabra, la reflexión, la Eucaristía y desde el testimonio de los hermanos vamos asimilando y haciendo nuestro. Hoy se nos habla de la fidelidad a Dios que nos lleva al compromiso con los hermanos, con todos los hermanos. Así lo vemos en las lecturas. Jesús sigue siendo el maestro y pastor que nos marca el camino. Celebremos con gozo y abramos nuestro corazón.
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA ( Am. 8, 4-7 ).
El profeta Amós llama la atención de los poderosos cuando reivindica lo que se le debe a los demás sean pobres o no. Se trata de que descubramos que la riqueza o el poder no nos dan derecho para ultrajar o vejar al que consideramos no está a nuestra altura. Dios no acepta la usura.
MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA ( Tim. 2,1-8 ) Pablo intenta ayudar a Timoteo a organizar la comunidad, la Iglesia que le ha sido encomendada y lo hace desde la responsabilidad de su ser apóstol y no desde la imposición o el mandato frio y sin alma. Su encargo es la oración.
ORACIÓN DE LOS FIELES.
1.- Oremos por la iglesia para que sea siempre fiel testigo de la voluntad del Señor cumpliendo su palabra con verdad y transparencia. R
2.- Oremos por nuestra Unidad Pastoral para que vayamos descubriendo la necesidad de caminar juntos como don y necesidad ante los momentos que nos toca vivir. R
3.- Oremos por todos los que se sienten superiores o mejores que los demás para que descubran el valor de la sencillez y la cercanía. R
4.- Oremos por nosotros para que aprendamos a ser fiel al Señor y a la vida y en el devenir de los días y en relación con los otros. R
5.- Oremos por la paz del mundo, los inmigrantes y los que no tienen hogar. R
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