LA ENSEÑANZA DEL MAESTRO.
Poco a poco vamos descubriendo que ser Cristianos, es decir, seguidores de Cristo, entraña un estilo de vida, una forma nueva de relacionarse con los demás y con todo lo que es la creación. Vamos despertando a una conciencia de nuestro devenir. Nuestra historia no deja de ser un regalo que el Señor nos hace y que nosotros hemos de convertir en regalo para los demás desde la bondad, la generosidad, el perdón y ese saber mantenerse en las manos del Padre, como hizo Jesús, ante cualquier evento.Acudimos a los textos de la celebración y en el primero, que es del libro de la Sabiduría ( 9,13-19 ), se nos recuerda que el hombre que quiera caminar con rectitud, que quiera agradar al Señor ha de estar abierto al santo Espíritu que es el que nos alcanza el conocimiento de la voluntad de Dios. Así el hombre aprende lo que agrada al Señor y encontrará la salvación, se nos dice.
Es decir, el Espíritu Santo es aquel que ilumina nuestra mente para poder entender y aceptar los designios Dios, para poder conocer lo que Dios quiere, para saber interpretar los signos de los tiempos, para entender nuestra vida. Por ahí llega la salvación.
La segunda lectura es de la carta a Filemón ( 9-10. 12-17) en donde Pablo ya anciano y prisionero, le recomienda reciba en casa a Onésimo, esclavo, y a quien Pablo en la cárcel ha bautizado.De nuevo nos encontramos con lo que Dios quiere y espera de nosotros. Con el tema de los designios de Dios. Ahora le toca a Filemón acoger a este esclavo que le robo, como a un hermano por recomendación de Pablo y como testimonio del aprecio que le tiene en Cristo Jesús. De esta forma Pablo fuerza el perdón y el amor debido a los más débiles. De nuevo actúa el Espíritu en la vida y en el corazón de los que buscan y quieren ser fieles al Señor manifestando su designios y lo que espera de los suyos, lo que le agrada, sin obligar, ofreciéndose como oportunidad y en donde el amor de Dios tiene la última palabra.
Y llegamos al texto del evangelio que es de San Lucas ( 14,25-33) y en donde se nos dice que a Jesús le acompaña mucha gente. El les habla del seguimiento y de la importancia de saber discernir, de saber descubrir lo que el Señor espera de cada uno. Hay que aprender a saber dejarse ganar por la fuerza del Espíritu desde la oración y la reflexión; llegar a saber qué podemos o no podemos hacer, cual es nuestro camino, hacia donde hemos de caminar. En una palabra, saber dar salida a la pregunta ¿Desde donde estoy dando o he de dar respuesta a la palabra de Dios que me llega ?
Seguir al Maestro es para aprender a ser fieles al Padre; El, el Maestro, nos enseña y nos dice cual es el camino, pero no nos obliga. Saber que seguir a Jesús significa estar abiertos a la voluntad del Padre y eso lo alcanzamos, como El mismo hizo: siendo receptivos a la fuerza del Espíritu por medio de la oración.
El seguimiento del Señor, el ser cristianos, no podemos convertirlo en flor de un día, en momentos, sino que ha de ser algo jocundo que abarque toda la vida, que la llene pues está llamado a generar vida; la misma vida de Dios sobre la faz de la tierra.¡¡Feliz día del Señor!!
José Rodríguez Díaz



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