¡ÁNIMO! SOY YO, NO TEMÁIS
El texto del evangelio de este domingo nos lleva al capítulo catorce del Evangelio de Mateo que es el evangelista que estamos leyendo en este ciclo A y viene precedido por la primera multiplicación de los panes( Mt.14,13-22 ) ante la necesidad de la gente y en la que jesús implica a los discípulos. También se nos dice que Jesús, después de tener noticia de la muerte de Juan se quiere retirar buscando descanso a un lugar tranquilo, pero la gente no le deja, le busca.
( Mt. 14, 1-12) Una vez que la gente queda saciada envía a los discípulos a la otra orilla y por fin puede encontrar el descanso que desea. A continuación se nos relata el texto de hoy ( Mt. 14, 24-34) en donde Jesús caminando sobra las aguas en medio de la tormenta se acerca a la barca de los discípulos que estaba siendo zarandeada por las olas. Ellos al principio piensan que es un fantasma, terminan reconociéndole, pero con dudas.
Son esas dudas lo que provoca el desafío de Pedro cuando le dice que le permita ir hasta el si de verdad no es lo que ellos temen, un fantasma y Jesús lo permite y le dice a Pedro que vaya y Pedro pisa el agua, pero el miedo le hace dudar y se hunde y lanza el grito de miedo y desesperación: " ¡ Señor, sálvame! " y Jesús le tiende la mano y lo agarró y le hace caer en la cuenta de la poca fe que le ha hecho dudar.
El texto nos sugiere muchachas cosas, por ejemplo: la necesidad de orar, de soledad y paz que Jesús experimenta ante la noticia trágica sobre el Bautista. La misericordia y compasión ante la necesidad de la gente que le lleva a olvidarse de sí mismo. La invitación a los discípulos a que se impliquen en la necesidad de la gente que busca la Palabra de vida. Su gesto amoroso de dar de comer que va mas allá del hecho apuntando a la Eucaristía. el gesto de sostener a Pedro haciéndole caer en la cuenta que necesita fiarse, confiar, tener mas fe. El reconocimiento como Hijo de Dios por parte de todos los que han vivido esta experiencia de salvación. El hacerse presente ante el miedo y el desvalimiento cuando la barca es zarandeada. La humildad de Jesús que no se vanagloria ante un hecho que puede empoderarle ante los suyos. El llegar juntos a la orilla.
En todo este capítulo catorce de Mateo se nos muestra entre otras cosas, a un Jesús humano y divino, Dios y hombre, que sometido a la condición humana sufre y experimenta la necesidad de paz, silencio y soledad, pero que no se olvidad de los que le buscan y necesitan y que actúa como Hijo de Dios que es, ante la adversidad de los suyos, ante el miedo y el temor que atenaza la vida de los que quieren estar con el, sosteniendo, salvando, implicándose e implicando y ayudando a superar dificultades.
¡¡Feliz día del Señor !
José Rodríguez Díaz
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