sábado, 13 de mayo de 2017

SANTIAGO AGRELO. OBISPO EN TANGER

Dios se ha ocupado siempre de mí, y Él no cumple años, no presenta renuncias, ni deja de ser madre, y yo me voy haciendo cada vez más pequeño, más necesitado y más confiado.
Si vine a Tánger sin temor y con paz en el corazón, sin temor y en paz vuelvo con mis hermanos a la Provincia Franciscana de Santiago, y me ilusiona pensar que, con ellos, todavía podré continuar trabajando por el reino de Dios.
Otra cosa que ciertamente no va a cambiar cuando vuelva con mis hermanos es que, los pobres están siempre allí a donde vamos, y en ellos siempre sale a nuestro encuentro Cristo Jesús.

Claro que, antes de marcharme, me tocará pedir perdón a los fieles y a los pobres por loque no he sabido darles.



No hay comentarios:

Publicar un comentario