sábado, 27 de mayo de 2017

LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO SÉPTIMO DE PASCUA.CICLO A.
FIESTA DE LA ASCENSIÓN.
Mt. 28,16-20

         "ID Y HACED DISCÍPULOS"
Todas las lecturas que serán proclamada en este domingo remiten al mismo tema: La Ascensión del Señor. En la primera, San Lucas lo relata a su amigo Teófilo, en la segunda, San Pablo nos habla de la " eficacia de la fuerza poderosa, que desplegó en Cristo ( el Padre), resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo" y San Mateo, en el texto del evangelio, aunque no menciona la ascensión de Jesús, si sabemos que está en ello y, lo mismo que los anteriores, recoge , quizá con mas fuerza, el tema del envío y la promesa a los suyos de su presencia y compañía  a lo largo todos los tiempos.
No sé si ustedes se han preguntado por el motivo, causa o razón de esta fiesta y lo mismo que decimos de esta, podemos decir de otras fiestas del Señor.  Está claro  que no se puede generalizar pero me temo que con frecuencia nos quedamos  en el umbral y sería bueno dar un paso mas, atrevernos a preguntar y preguntarnos qué significa para nosotros, qué nos dice como iglesia y a nivel personal.

 Esto de que Jesús suba al Padre, que también lo confesamos en el Credo, ¿ Que  sugiere? ¿Que nos aporta?  
Andamos en la batalla de cada día, confesamos nuestra fe e incluso  damos testimonio de ella o la transmitimos, pero creo que se hace necesario,
 que se impone, la necesidad de que los que somos creyentes, entremos dentro de nosotros, nunca es bueno dar  por hecho pensar que ya lo sabemos todo.  No es suficiente decir que  creemos y aceptar lo que se nos dice,  eso en un primer momento está bien, pero resulta que la fe no es estática, sino dinámica y  si no nos queremos quedar anquilosados  y con una fe mohosa, se impone abrir puertas y ventanas, escarbar, dar cabida a la Palabra, a la fuerza del Espíritu que nos ayude a entender y a encontrar.  Reflexionar la Vida y las palabras de Jesús, orar, andar en actitud de búsqueda y de aprendizaje, estar abiertos a la vida y a la historia, se muestran como imprescindibles en este camino. Camino que nos  acerca cada vez mas al misterio de Dios  y cuya  meta está en  ser participes en plenitud de su misma  vida.
 Entonces  será cuando esta fiesta y tantas otras del Señor  irán adquiriendo  sentido de plenitud y nos aportarán gran riqueza que nos hará mas humanos, paro también mas, mucho mas, del mismo Dios. 
Jesús se va, pero se queda. Nos envía pero también nos reclama. Nos  deja en libertad, pero también  está al tanto. Está a la derecha del Padre  intercediendo por nosotros.
 Lo nuestro ahora es caminar, anunciar, pero sabiendo lo que anunciamos, cosa difícil si no lo rumiamos. Se impone saber por donde andamos y por donde hemos de andar.  
!!Feliz día del Señor¡¡



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