sábado, 2 de enero de 2016

Hna. Guadalupe Rodrigo, misionera: "En Siria el ISIS crucifica, decapita y entierra a niños vivos cristianos delante de sus madres"

“Un cristiano muere cada 5 minutos. Tenemos un cristianismo cómodo en Occidente, en cambio allí están viviendo el Evangelio en sus vidas verdaderamente. Que los cristianos perseguidos nos den la fuerza de vivir un cristianismo de verdad. Sufren horrorosamente pero siguen sonriendo. Es la fe. Viven de la fe aunque lo han perdido todo”



25 de diciembre de 2015.-  
 Camino Católico) Su abuelo era español y su padre la llamó Jimena, pero tomó el nombre de Guadalupe cuando a los 23 años se hizo misionera.La hermana. María Guadalupe Rodrigo es argentina y religiosa del Instituto del Verbo Encarnado. Lleva 18 años como misionera en Oriente Medio, primero en Tierra Santa, más tarde en Egipto y, desde enero de 2011, en la ciudad siria de Alepo. Tuvo la posibilidad de abandonar el país cuando comenzó la guerra pero decidió quedarse para estar al lado de los que más sufren. Ayuda a la Iglesia Necesitada la invitó el 18 de diciembre de 2015 a dar su testimonio en el Colegio de Abogados de Barcelona, donde fue grabado el vídeo que recoge toda su intervención.
Alepo, la ciudad en la que está destinada la hermana Guadalupe, y todo el país, Siria, “vive hace cuatro años en guerra", y como explica ella andar por las calles es presenciar cada día “disparos contra civiles, colegios y hospitales, misiles y bombas, esquirlas y francotiradores, y ser testigos de la predilección de los terroristas por los barrios cristianos. Los camiones recogen diariamente restos humanos en bolsas de basura. Los familiares de los desaparecidos deben buscar en la morgue en esas bolsas de basura para encontrar si reconocen algún resto de algún ser querido…  Los islamistas marcan con la “N” de nazareno los hogares cristianos”.
Pero entre las barbaridades más escalofriantes que la misionera ha presenciado como acciones diarias es que "en Siria el ISIS crucifica, decapita y entierra a niños vivos cristianos delante de sus madres".
"El pueblo sirio sufre por el silencio cómplice de Occidente y sus fines económicos. Durante un año y medio la ciudad de Alepo estuvo sitiada por el ISIS mientras nos dejaban morir por hambre. Se cocinaban las palmas de la calle, no tenían luz ni agua, y la comida enlatada destrozó los dientes de los habitantes, pero nada de esto era noticia en Occidente. Los barrios que tomaba el ISIS eran arrasados", afirma la hermana Guadalupe que relata como se planteó si debía seguir y consultó con sus padres:
“¿Los vas a abandonar cuando más te necesitan? ¿Para eso te hiciste misionera? No queremos competir con Dios, Él te cuida mejor allí que nosotros aquí en Argentina”,le dijo su padre.
La mitad de la población Siria, 12 millones de personas, lo ha perdido todo. Pero la misionera afirma que acoger refugiados no es la solución: “el buenismo no es caridad, lo lógico sería que los países islámicos del Golfo acogieran a los millones de musulmanes refugiados, pero se exige a Europa que abra sus puertas”.
La hermana Guadalupe no puede evitar hacer una reflexión práctica sobre los atentados de París para concienciar de lo que sucede en Siria a los europeos. “Por los atentados de Paris hubo minutos de silencio, banderas francesas en los perfiles de Facebook… Yo pensaba en los nuestros. Si lo de aquel viernes en París pasara también el sábado, y el domingo, y el lunes… así cada día durante 4 años, ¿qué sucedería? Pues eso es lo que viven cada día nuestros hermanos en Siria ante el silencio occidental”.
 Es inevitable para la misionera comparar la realidad de occidente con la de oriente: “Un cristiano muere cada 5 minutos. Tenemos un cristianismo cómodo en Occidente, en cambio allí están viviendo el Evangelio en sus vidas verdaderamente. Que los cristianos perseguidos nos den la fuerza de vivir un cristianismo de verdad. Sufren horrorosamente pero siguen sonriendo. Es la fe. Viven de la fe aunque lo han perdido todo; antes estaban entretenidos con las cosas del mundo y ahora se dan cuenta de que las cosas importantes no pasan por lo material. El contacto permanente con la muerte da sentido a su vida, quieren ganarse la vida eterna, viven sin amontonar. Saben que les pueden quitar todo, pero el Cielo no se lo arrebatarán“.
Mientras habla la Hermana Guadalupe van apareciendo fotos en la pantalla y ella las explica: “Esta chica era entrenadora de baloncesto en nuestro albergue… A esta señora cristiana la ataron a un poste y los viandantes iban golpeándola para que proclamara su fe en Alá, pero ella perseveró hasta el fin… Esta madre perdió a su hijo hace unos días por un misil…”.
Al final ora: "Pidamos a los mártires sirios que intercedan por nosotros". El testimonio de la hermana Guadalupe Rodrigo acaba interpretando un emotivo canto a la esperanza. La conmoción de los asistentes que llenan la sala del Colegio de Abogados de Barcelona se convierte en agradecimiento a la misionera a quien aplauden y con la que se acercan a hablar y hay una pregunta que todos se hacen: “¿Por qué no nos cuentan todos estas cosas en las noticias?"
 

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