sábado, 20 de septiembre de 2014

LA PALABRA DEL DOMINGO

 DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO A.

UNA PARÁBOLA CON TRAMPA
 El texto del evangelio de esta semana nos presenta a Jesús tomando un ejemplo de la vida cotidiana para hablar  del Reino de los Cielos a los discípulos. Algo que a ellos les resultará  muy familiar, pero que encierra dificultad, porque va a llegar un momento que se salga de lo que se considera razonable. Es la parábola de propietario de la viña  que sale a cualquier hora del día a contratar jornaleros de entre los hombres que estaban en la plaza del pueblo mano sobre mano. 
Nos paramos a reflexionar sobre el texto y nos damos cuenta de que hay algo un tanto chocante y con tintes de subversión: la forma de actuar del propietario, por un lado,  y las quejas de los primeros que acudieron a las labores en las vides.
  A ver si soy capaz de explicarme.  Uno lee la parábola y dice:  caramba los trabajadores que se quejaron tenían razón, no es justo que se les pague a ellos lo mismo  que  a los que no dieron golpe porque llegaron  cayendo la tarde al campo de faena. 
Es precisamente aquí donde esta lo provocativo de la parábola. Es aquí donde el Maestro quiere que se fijen los  que les escuchan. Yo pienso  que  lo que les quiere decir es que  el tema  del Reino de los Cielos no lo podemos medir con parámetros, simple y llanamente, terrenales. ¡¡Amigo, el asunto cambia!!
 Hay una intención por parte del Maestro de enseñar algo que El considera importante. 


Entonces, la cuestión está , parece que se desprende de la parábola , no en la cantidad de trabajo, sino en la calidad de la respuesta ante la invitación  que se hace. No se trata de porque respondamos  los primeros, porque se nos llamó  primero, vayamos a ser mejor y mas considerados que los que vengan los últimos, estos tambien  han  respondido cuando les llego la llamada y con la misma prontitud que lo hicieron los que fueron llamados al alba.
Así que, el tema  está en la respuesta  a la llamada, yo creo que es por aquí por donde va también aquellos de " unos son los que siembran y otros los que recogen" ambos, tanto sembrador como apañador, son importantes y ambas cosas no pueden darse a la vez, es necesario que transcurra el tiempo que permita que la mies madure: los campos del Señor, los tiempos de Dios. Unos llegamos antes, otros después, lo importante es acudir a la llamada cuando y como se produzca y no preferir quedarnos en la plaza lamentándonos de nuestra mala suerte porque pensamos que al haber sido  llamados a ultima hora tenemos menos derechos, y por tanto no merece la pena acudir a la faena. No, ya vemos que Jesús nos dice que no va a ser así, que en el Reino, las pautas y los tiempos,  no  funcionan como funcionamos nosotros de tejas a bajo: a menos tiempo menos sueldo, sino que, lo que se va a tener  presente,  es la respuesta  a la llamada que se puede producir a cualquier hora  ( de nuestra vida) del día.
 La respuesta del propietario ante las quejas de los primeros deja el asunto bien zanjado actuando en justicia y apelando a su deseo y libertad.
La lección está bien clara: primeros que pueden ser últimos porque se atreven  a pensar y exigir al propietario derechos que no tienen y últimos que serán primeros porque aceptan  con sencillez  la situación que les ha tocado vivir.
 Feliz día del Señor.     

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