«¡El alimento que nos nutre realmente y que sacia es solamente el que nos da el Señor!
“En
la Eucaristía se comunica el amor del Señor por nosotros: un amor así
grande que nos nutre con Sí mismo; un amor gratuito, siempre a
disposición de toda persona hambrienta y necesitada de regenerar sus
propias fuerzas. Vivir la experiencia de la fe significa dejarse nutrir
por el Señor y construir la propia existencia no sobre los bienes
materiales, sino sobre la realidad que no perece: los dones de Dios, su
Palabra y su Cuerpo”
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