sábado, 2 de agosto de 2025

LA PALABRA DEL DOMINGO. DOMINGO XVIII DEL TIEMPO ORDINARI . CICLO C

 SIN VIDA, SIN RIQUEZA, SIN DIOS.

Los textos de este domingo nos ponen ante una realidad que no es agena a nuestra vida y que nos invitan a reflexionar. Se trata de aprender a relativizar el valor de las cosas; mas en los tiempos que nos toca vivir en donde andamos muy celosos por defender lo nuestro, lo que nos pertenece, nuestros derechos y así nos vemos en una deriva que lleva a desconfiar del otro que es con quien tenemos que hacer el camino queramos o no. No podemos consentir que se haga realidad aquello de: “ homo homini lupus “ ( el hombre es un lobo para el hombre ) Tomás Hobbe. Los textos de hoy tratan de ayudarnos a descubrir y superar la naturaleza egoista y conflictiva del ser humano.

El primer texto es del libro del Eclesiastés, que no hay que confundir con el libro del Eclesiástico.

El eclesiastés es atribuido al rey Salomón y es en el mismo libro que nos encontramos que se refiere al autor como Qohélet que se traduce como “ el Predicador “ y el libro del Eclesiástico su autor en Jesús ben Sira y es conocido como Siracida. Ambos textos pertenecen a la sabiduria de Israel.

Pues bien, hoy tenemos como primer texto algo del libro del Eclsiastés que nos puede resultar muy fuerte e inclusive violento. La finalidad del autor es que el lector, el hombre hebreo, leyendolo descubra que la verdad de la vida y lo definitivo no se haya en las cosas, sino en Dios, autor de todo lo creado. Trata de ayudar al hombre para que sepa poner cada cosa en su sitio según valor y trascendencia; a no quedarse en la creación, sino que através de ella llegue al Creador. Esta es la gran experiencia de Israel en todo lo que significó el éxodo y que le acompañará a lo largo de toda su historia. El autor llega a esta conclusión : El hombre se experimenta vacio, aun teniendolo todo, si a la hora de la verdad en su corazón no hay hueco para Dios.

En el segundo texto nos encontramos a Pablo que sigue invitando a los Colosenses a adherise a Cristo en su plenitud y les alienta en la esperanza con frases como esta, que debió llegarles al corazón. Les dice “ Cuando apareza Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis junto con el, en la gloria.”. O esta otra :

Despojaos de la vieja condición humana, con sus obras, y revestíos de la nueva condición, que se va renovando como imagen de su Creador, hasta llegar a conocerlo.”

 De esta forma intenta Pablo ayudar a estos hermanos a vivir la fe, una fe que está llamada a ser testimonio de vida, en lo cotidiano, en las relaciones con los demás. Cosas que hoy están siendo tan necearias pues necesitamos de verdad y transparencia en un mundo que se mueve muchas veces por la utilidad y la sin razón, un mundo en donde el hombre, volvemos a decir, es víctima del egoismo del hombre. El centro de nuestra vida ha de estar en Cristo Resucitado . “El es la síntesis de todo y está en todo”, terminará diciéndoles.

En el texto del evangelio alguien quiere que Jesús sea el arbitro en un problema que tiene con su hermano por cuestión de una herencia. La respuesta de Jesús está fundamentada en todo lo que venimos diciendo pues a la hora de la verdad nos vamos a quedar sin nada, sin nada por doble partida, porque primero, los bienes cuando nos muramos, no nos los vamos a llevar y segundo por que por causa de esos bienes, estando en la vida, nos vamos a quedar sin lo mas importantes como es la familia y a veces, hasta sin Dios. De nuevo, el hombre que no le importa romper y romperse  con tal de sentirse dueño de algo.

Terminamos con la recomendación que Jesús da a este hombre que pide justicia, desde el protagonista de la parábola con la que intenta darle una respuesta y es que cuando pensaba vivir durante muchos años y una buena vida, se le pide precisamente eso, la vida . Jesús le dirä :

Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿ de quién será? “. Así será el que amasa riquezas para sí y no es rico ante Dios.”

Como te descuides, y esto vale para todos,nos vamos a ver si nada: sin vida, sin riquezas y sin Dios. Sin nada.

¡¡Feliz día del Señor!!

José Rodríguez Díaz







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