sábado, 3 de febrero de 2024

LA PALABRA DEL DOMINGO. DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B

ALGO MAS QUE UNA SERIE DE MILAGROS.

En el  pasaje del  evangelio que se nos ofrece este domingo , que sigue siendo de San Marcos como todos sabemos, nos encontramos  con la opción  de Jesús de estar en todo momento en la voluntad del Padre. Esta haciendo el bien, anunciando el Reino con palabras y obras. Descubrimos  que  no actúa como los predicadores o maestros al uso, no. Jesús no busca el aplauso fácil, ni el poder, ni  ningún tipo de reconocimiento que lleve a la gente a confundir su acción con la magia o la  hechicería, el no es un mago que se mete a la gente en el bolsillo, no, el viene y actúa desde una intención muy concreta que no es otra que los hombres encuentren a Dios en su vida y le sirvan con rectitud y alegría de corazón, por eso sana, cura, alivia, consuela... y ahora le toca al hombre, a los que han sido testigos, acercarse a Dios desde  su misma libertad.

La oración  resulta ser el acicate que a el le  ha de ayudar y no solo en este momento sino a lo largo de toda su vida, también a nosotros. Su misión no es anclarse en un lugar porque allí le vaya bien, sino  andar de un lado para otro anunciando la conversión y señalando que el Reino de Dios ya es y que solo es cuestión de que el hombre se convierta y deje que Dios forme parte de su existencia y ante eso no escatima  signos corriendo el riesgo de que confundan su misión  o no lo entiendan. Desde ahí es desde donde  hemos de entender la respuesta que da a los cuatro primeros cuando en la madrugada le buscan porque la gente ya está esperándole. Se trata de que el mismo hombre  encuentre sentido y razón  a su existencia desde el mismo Dios y no se deje  engañar por el mal. Eso solo lo ha de hacer la persona, nadie puede hacerlo por ella pues se trata de un encuentro personal  que nadie puede hacer por nadie.



Hemos de estar al tanto porque  podemos caer en la tentación de reducir a Dios a  una especie de brujo que puede con todo y mucho menos es un fetiche o remedio mágico para nuestros males. Dios es mas, mucho mas que todo eso. Otra cosa es que  se manifieste en determinado momentos de forma  espacial  porque convenga al hombre, pero el fin último no estará nunca en el milagro, sino en que el hombre le  reconozca, acepte y encuentre la plenitud de su vida aunque el mal ronde por su puerta.
¡¡feliz día del Señor!!
José Rodríguez Díaz  

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