sábado, 24 de febrero de 2024

LA PALABRA DEL DOMINGO. DOMINGO SEGUNDO DE CUARESMA. CICLO B

 UNA VUELTA DE REVES

Entramos en la segunda semana de cuaresma en la compañía de Jesús  que  con  Santiago, Juan  y Pedro suben a un monte a orar  y en donde se transfigura (Mrc. 9,1-9) El ya les ha hablado en el capítulo anterior de su muerte y resurrección ( Mrc. 8,31-33) y después del testimonio del Padre  en donde la presencia de Elías y Moisés no  dejan de tener  importancia por lo que significan y aportan a la historia de la salvación, después del deseo de Pedro de querer retener el tiempo quedándose en ese momento, en ese lugar, porque se está muy bien, cosa que revela el gozo de encontrarse con Dios pero que no  puede paralizar, sino que el Señor la concede para que sigan en el camino que hay que hacer y que Jesús vuelve a proponer, a señalar, con su entrega, con su muerte en Jerusalén.

Hay que bajar, hay que volver al camino en donde los hombres están y viven, en donde los hombres nacen y mueren, en donde los hombres sufren y gozan. Hay que volver a la vida porque hay que rescatarla de las sombras y ayudar al hombre a que encuentre sentido y plenitud en ella y para eso se hace necesario que el hombre sepa, descubra y  experimente, que Dios le ama ciertamente, hasta el extremo. Ese amor "hasta el extremo" pasa por la entrega del Mesías, el Hijo de Dios Vivo de quien  el mismo Padre nos dice hay que escuchar. Y eso es lo que Jesús revela a los suyos. Eso es lo que ellos han de aceptar dejando atrás todo deseo de gloria, riqueza, mando, honores y poderío. Porque no se trata de ganar al estilo humano. Se trata de ganar entregándose, de mandar obedeciendo, de acumular compartiendo, de amar frente al odio y de perdonar ante la injusticia. Esta es la vuelta de revés que Dios quiere para el mundo que Jesús ofrece y que nosotros hemos de aceptar si queremos ser de los suyos.

Por ahí anda el camino de la cuaresma que si para Jesús y los suyos no fué fácil, tampoco lo es para nosotros hoy, de eso hemos de ser conscientes, pero también es verdad que ellos lo hicieron y eso nos debe alentar y estimular, es posible andarlo. La cuestión es ponerse en camino y ya el Señor se encargará de mostrarnos por donde hemos de andar y a quién hemos de escuchar en cada momento.   ¿Será cuestión de confianza ?

¡¡Feliz segundo domingo de cuaresma!!

José Rodríguez Díaz    

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