UN DIOS QUE NO SE ESCONDE
Este fin de semana nos viene con dos fiestas que nos hablan de la manifestación de Jesús, la una es la fiesta de la Epifanía del Señor en donde los Magos que vienen de oriente adoran al Niño que encuentran con su madre María en Belén de Judá habiendo sido guiados por una estrella y después de andar buscando y preguntando y la otra, la del Bautismo de Jesús en el Jordán por el Bautista que ya lo esperaba de forma inminente, que bautizará con el Espíritu, dice. A su vez Jesús es reconocido por el Padre como Hijo amado, el preferido.
Ambas fiesta nos llevan al encuentro del Señor y nos invitan a reflexionar y preguntarnos donde estamos en lo que a nuestra fe respecta y sea cual sea la respuesta por nuestra parte lo que si es mas certero es que la fe es un camino que hemos de hacer, no sin dificultades, pero también con la luz de Dios que ha de conducirnos al encuentro, al encuentro con su persona. La fe, decimos, es encuentro personal, pues por ahí han de ir nuestro tiros a la vez que ese encuentro debe disiparnos los miedos porque la garantía de ese "tu" con el que nos encontramos viene dada por el testimonio del Padre, nada menos, que nos habla del Hijo amado, preferido y que ya se está entregando en un niño recién nacido destinado para dejarse encontrar por todo el que le busque venga de donde venga y sea quien sea. No hay limites para este encuentro. El no pone barreras y se solidariza con todo el que descubriendo el pecado en su vida y quiere volverse a empezar. El se mezcla con ellos y da el Espíritu para que los que buscan a Dios lo puedan encontrar y no caigan en el desanimo ni la tristeza. Para que se sientan amados de Dios el cual no siente repudio de ser llamado Padre.
Fragilidad y fortaleza de Dios manifestadas desde la misericordia para que el hombre pueda encontrarle en cualquiera de las etapas de su vida. Fragilidad y Espíritu de Dios. Luz y presencia del Espíritu para que el hombre de una vez por todas comprenda que Dios no es tiranos, sino amor, cercanía, perdón, consuelo y paz para todo el que desde la sinceridad le busque. Celebramos en ambas fiestas al Dios que no se esconde, antes bien, se deja ver, sentir y tocar en su humanidad desde y por nuestra fragilidad.¡¡Feliz encuentro con el Señor!!
José Rodríguez Díaz.
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