viernes, 19 de enero de 2024

LA PALABRA DEL DOMINGO . DOMINGO TERCERO DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B

"... Y  SE MARCHARON CON ÉL"

El texto del evangelio de San Marcos que se nos ofrece  para reflexionar este domingo  nos da  noticias de  cuando y donde se inicia la  actividad de Jesús.  El dato es el arresto de Juan el Bautista, a partir de ahí Jesús inicia su labor y lo hace anunciando la cercanía del Reino de Dios e invitando a la conversión  y a creer la Buena Noticia. Lo mismo  que hacía el Bautista. El lugar  es Galilea  junto al lago y es ahí donde invita a Simón y a su hermano Andrés y mas adelante a los hijos  de Zebedeo : Santiago y Juan a seguirle, a estar con el. Los cuatro estaban en sus quehaceres de pesca, eran pescadores. Se nos dice  también que ellos dejándolo todo lo siguieron. Y da comienzo una  nueva aventura, una nueva etapa de la historia de la salvación que apunta mucho mas allá  de lo concreto y está  llamada a generar  nuevas esperanza, a renovar corazones, a  crear nueva familia , a renovar  la humanidad entera. 

Y descubrimos que  todo lo que fué  dicho Abrahán y anunciado por los profetas  llega hasta nuestros días en donde  también nosotros hoy nos sentimos impelidos  a seguir a este Galileo que  pone en el corazón de los hombres algo nuevo capaz de sobrepasar cualquier  angustia o miedo que la humanidad  a lo largo de los día pueda  sentir o experimentar. De esa forma  aquello que leemos en el libro del Genesis de que no es bueno que el hombre este solo, alcanza una nueva dimensión y se expande mucho mas allá  de la  compañía humana, de la mera fraternidad, esa expresión del deseo de Dios también nos está diciendo que el quiere acompañar al hombre en su trabajo, en sus proyectos, en su ilusión, en definitiva, en su  vida.

 Así que, seguir al Galileo trae consigo ese ir descubriendo, ese saber que Dios quiere nuestra compañía. Lo que hace Jesús no es ni mas ni menos que provocar, poner las bases de  una nueva relación y amistad con Dios que  busca el bien del hombre, su felicidad, su paz.

Esa invitación a seguirle inaugura algo nuevo que a lo largo de los años sigue manteniendo  frescura, novedad y un no sé que de misterio, que  embarga e ilusiona. La llamada del Señor a cada hombre hoy  sigue siendo novedad  que provoca cambio de vida porque  pone al hombre ante el misterio del Dios que se entrega total y definitivamente. Dios en nosotros y nosotros en Dios.

 Esa es  la Buena Noticia, por ahí anda  lo del Reino de Dios.

¡¡Feliz día del Señor!!

José Rodríguez Díaz


   

        

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