NUESTRO ADVIENTO
Atravesamos la puerta de este segundo domingo de Adviento de la mano del Profeta Isaías que junto con el Bautista en el evangelio de San Marcos nos invitan al consuelo porque el Señor viene. En la segunda lectura San Pedro nos invita a saber esperar contra toda adversidad.
El adviento, todos lo sabemos, es ese tiempo que los seguidores de Cristo escogemos para prepararnos a celebrar lo acontecido en Belén desde la interiorización y la contemplación. El Adviento para nosotros hoy, está llamado a ser tiempo de conversión, de acercamiento, como hizo el Señor en su día, a la humanidad doliente y herida. Humanidad que hemos de aprender a saber descubrir porque puede ser que esté junto a nosotros y no nos demos cuenta.
Es el tiempo en el que el Señor nos consuela y nos invita al camino viviendo en esperanza.
El Adviento es tiempo en el que los cristianos, hemos dicho, se preparan para la celebración del Nacimiento de Jesús. Pero el Adviento tiene otra cara, no solo tiene esa finalidad, no se agota ahí, pues hemos de ser esos mismos cristianos los que hoy hemos de anunciar el consuelo de Dios, preparar el camino, alentar la esperanza ante todos los que buscan, los que no saben , no entienden o no puedan, para que puedan encontrar a Dios en el Niño de Belén y descubrirlo en las palabras de Isaías, Juan o Pedro que siguen siendo actuales y validas, capaces de llegar al corazón, de hacer camino, de a vivar esperanzas a todo hombre o mujer sea o no creyente.
¡¡Feliz día del Señor!!
José Rodríguez Díaz
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