sábado, 22 de abril de 2023

TERCER DOMINGO DE PASCUA. CICLO A.

 "UN PEREGRINO IBA CONMIGO "


El evangelio  de este Tercer Domingo de Pascua es de San Lucas que  como es habitual en el, de forma  sutil, sugerente y delicada nos ofrece un relato de " aquel mismo día" refiriéndose al domingo de Pascua. Es muy conocido y cantado en nuestras comunidades  este pasaje de los discípulos de Emaús.

  Podemos  detectar en este relato , aparte de otras muchas cosas, una serie de momentos como son la palabra explicada por el forastero, el deseo de querer seguir en la conversación que concluye en  invitación, la comida y la vuelta a Jerusalén  desandando el camino del desencanto. Se vislumbra en este relato de Lucas un esquema de Eucaristía en donde el forastero  se  revela  resucitado y como el Señor.

En el fondo  ¿ no es eso lo que nosotros , caminantes  en la vida, podemos  experimentar o experimentamos cuando acudimos al encuentro con el Señor  que siempre, siempre, nos remite a los hermanos, a desandar  los caminos del desencanto, a compartir? El encuentro con el Señor Resucitado es capaz de librarnos de las  pesadumbres, de  devolvernos  la curiosidad por saber y tenerle,  el valor de la fe compartida y la esperanza remozada.

  

También descubrimos y esto es muy importante que  la iniciativa es del Señor, es el quien se hace  el encontradizo, es el quien explica y quien bendice y reparte el pan a la hora de la cena y es ese encuentro suyo, pura gracia, lo que es  compartido cuando vuelven con prisa a la casa  de Jerusalén al encuentro con los otros, adonde  estaban el resto de los  hermanos. el Señor, su experiencia  vivida, es lo que construye la  comunidad y es  la celebración de este acontecimiento lo que  ha de sostenerlos  en  comunión. 

Y es lo que estamos llamados a revivir cada  domingo  cuando nos reunimos en su nombre  para traer al presente " aquel mismo día" y dejarnos sanar por El de las heridas de la vida. Y sabemos que los seguidores de Jesús Resucitado, el Cristo, por eso nos llamamos cristianos, no podemos prescindir de estos encuentros porque es que es ahí  donde el se manifiesta, se entrega, se revela , donde abre los ojos, donde nos ayuda a entender , en una palabra, donde se reparte sin medida y nos devuelve a nosotros mismo y los hermanos.

¡¡Feliz Tercer Domingo de Pascua!!

José Rodríguez Díaz .


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