sábado, 15 de abril de 2023

SEGUNDO DOMINGO DE PASCUA . CICLO A. DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA

 RESUCITÓ MI AMOR Y MI ESPERANZA

Entramos en el segundo domingo de Pascua en donde somos invitados a recuperar nuestra herencia, a mirar nuestro pasado, de donde venimos como comunidad, cual es la fuente  de donde  nace esto que somos : La iglesia.

 Los textos que se ofrecen a nuestra consideración son muy elocuentes . Así el primero,  de los Hechos delos Apóstoles, nos dice como empezaron  a sentirse y construir la  comunidad los primeros cristianos, lo que hacían y compartían con un nuevo estilo de vida  fundado en la experiencia de Jesús que  les llenaba de alegría y regocijo y que no pasaba indiferente  a los que le conocían.

 La segunda lectura es de  la primera carta de San Pedro en donde  da gracias a Dios por todos los beneficios derramados  que con gran misericordia  y por la resurrección  de Jesús regala a los creyentes  haciéndoles nacer de nuevo, renovando la esperanza y dando la certeza de  ser herederos. Herencia  que nos está reservada en el cielo.




El texto del evangelio nos sitúa en el primer día de la semana, al anochecer, cuando Jesús se manifiesta como resucitado a los discípulos los cuales  cuentan a Tomás, que no estaba  con ellos, lo sucedido. Tomás  se niega a aceptar el testimonio de la resurrección de Jesús que los hermanos le dan poniendo condiciones para creer las cuales serán satisfechas porque a los ocho días el Señor vuelve a manifestarse y sí está Tomás el cual es  invitado por el mismo Señor a despejar sus dudas y alejar  los miedos.

Estos son, digamos, los mimbres con los que la Iglesia  se va consolidando en la fe y fortaleciendo en el amor y en donde la resurrección de Jesús es el eje, la dinamo que  genera, mueve, reúne disipa dudas y conmueve a los  suyos y a los que están cerca: la comunión, la esperanza, la  fe que duda, la acción de gracias... en una palabra, la misericordia de Dios manifestada para la salvación de los hombres, de todos los hombres.

Es tiempo de Pascua perenne, es tiempo de alegría y regocijo, de esperanza y paz, PORQUE ESTE ES EL DÍA  DEL SEÑOR , ESTE ES EL TIEMPO DE LA MISERICORDIA claro que si, que nos ha de llevar a repensar  de donde venimos y cual es nuestro camino. Hemos de abrir nuestro corazón a pesar de las dudas  sabiendo que Cristo , el Resucitado, está entre nosotros . Acompaña , con su poder, la marcha de la historia aunque es verdad que a veces, nos falta sensibilidad para  detectar esta presencia, pero eso no quiere decir que no esté, que no se preocupe por los suyos, que no acompañe en todo y cada uno de los momentos tanto personales como  comunitarios. Jesús es el Señor, no lo olvidemos. No dejemos que nada ni nadie nos robe esta certeza.

¡¡Feliz Pascua de Resurrección !!

José Rodríguez Díaz    

   

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