sábado, 24 de noviembre de 2012

JESUCRISTO. REY DEL UNIVERSO

¿ TU ERES REY ?

Celebramos hoy la fiesta de Cristo, Rey del Universo, como todos sabemos y que  concluye con un ciclo litúrgico que nos pone a la misma puerta del Tiempo de Adviento.
 El evangelio que se ofrece a nuestra cosideración nos lleva hasta el mismo pretorio en los momentos finales de la vida de Jesús y en donde Pilato, con desconcierto y sin saber como coger la patata caliente, le pregunta si el es el rey de los judíos. Esta pregunta va a estar latiendo en todo el diálogo que mantienen para concluir con la afirmación de Jesús de que el es rey aunque aclara que su reino  no es de este mundo. Me imagino la sensación de alivio en Pilato, aunque al mismo tiempo le abre otro interrogante con lo que Jesús dice sobre el testimonio de la verdad, en donde centra toda su vida y misión.
Es evidente que el diálogo transcurre en dos niveles el del pretor y el de Jesús. Uno preocupado por mantener la estabilidad de la presencia de Roma en aquel lugar y otro por que sea conocido el Dios de la verdad y que invita a los hombres a vivir en verdad.
Me lleva a preguntarme, el reconocimiento de Jesús de que su reino no es de este mundo, pero que se realiza en el desde el testimonio de la verdad, que es para lo que ha venido (  su origen no está en decisión humana pero si que se realiza desde la decisión de los hombres aceptando el testimonio del que ha sido enviado). Me lleva preguntarme, digo, qué diálogo hace suyo la iglesia hoy, si el de Pilato o el de Jesús. 
Y me pregunto: ¿ Anda la Iglesia, toda la Iglesia, preocupada por la estabilidad, por la imagen, por no perder posiciones, por seguir manteniendo un status siendo, en muchas ocasiones, condescendiente y evitando compromisos que puedan plantearle  interrogantes que la obliguen a  cambiar?  O por contrario, ¿ está y busca estar en lo trascendente de lo que manifiesta Jesús: testimonio de la Verdad, escuchar su voz, ser realmente fieles a su voz, aún a riesgo de  que sea entregada a manos de los verdugos que desean (como con Jesús) poder ejecutarla?
 El Reino del que habla Jesús ni lo hemos iniciado nosotros, ni es nuestro. El Reino lo ha iniciado El Padre, por el Hijo Amado y no es Nuestro, que es el Reino de Dios.
Esto, creo, nos impele a vivir en absoluta confianza en la fidelidad y en el amor al Padre y  debe estar por encima de todo y en los entecijos de todo lo que hagamos, no teniendo miedo a perder nada de nada: ni prebendas, ni honores, ni edificios o cualquier otra cosa, que son muchas. Lo que nos debe preocupar de verdad es perder el testimonio del Testigo Fiel. Perder a nuestro Señor Jesucristo. 
 Hemos de tener claro que la Iglesia no es el Reino, que está al servicio del Reino y que todo lo que dificulte que ese Reino de Dios sea reconocido debe eliminarlo de su forma de ser, hacer, actuar y estar en el mundo de hoy.
Feliz día del Señor. 
  

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