" PUES QUE TU TANTO VALES, DA REMEDIO ANUESTRO MALES"
Coincidiendo la fiesta de la Patrona de nuestra Diócesis con el domingo XXIII del tiempo ordinario hemos de decir que los textos escogidos par la Eucaristía de esta semana y por su puesto de esta reflexión, son los que corresponden al festividad de la Natividad de la Virgen María, para nosotros la Virgen del Pino. Así que nos ponemos manos a la obra.
El primer texto que se nos ofrece es del profeta Miqueas que señala el lugar concreto del nacimiento de Cristo, ciudad pequeña, pero muy antigua, se nos dice. En ella nacerá el pastor que pastoreará al pueblo. Esto es obra del Señor y además será un pastor que se mostrará grande y traerá la paz. El lugar del nacimiento de este jefe de Israel será Belén de Efrata de las aldeas de Judá. Su fuerza será el Señor.
El segundo texto es de la carta que escribe Pablo a los de Roma y en donde se nos hace una reflexión del proceso que Dios sigue con todo el que se deja ganar por su amor . Este proceso después de pasar por varias etapas concluye con la entrada en su gloria, es decir con la identificación con el mismo Dios.
El texto del evangelio es de San Mateo que nos ofrece una genealogía de Jesús que inicia con Abrahán y concluye con José de la familia de David, e intenta dejar bien claro que en Jesús se cumple toda la Alianza y la esperanza del pueblo. Pasa a continuación a relatarnos como fué lo del nacimiento de Jesús dando importancia a la figura de José que ha de obedecer a la Palabra de Dios olvidándose de sus planes aunque sean justos. José en este sentido puede representar a todo el pueblo de Israel y actualmente a todo hombre, que es invitado a seguir los caminos del Señor y no los propios. A tener presente que a José se le dice que nombre ha de llevar la criatura que ha de nacer : Jesús, porque el salvará a su pueblo de los pecados.
El texto concluye con el testimonio de otro profeta, Isaías, que nos dice que la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel que significa " Dios con Nosotros".
Esto es lo que tenemos para la celebración de este día en el que conmemoramos la fiesta del nacimiento de la Virgen María, la llena de gracia, como la llama el ángel en el evangelio de San Lucas, en la Anunciación. Esta llena de gracia es la que va a acompañar a la iglesia no solo en sus inicios, sino a lo largo de toda la historia de la Salvación que Dios realiza en el mundo y con el hombre. Hemos de tener bien claro que esa historia aun no ha concluido, que nosotros estamos inmersos en ella y que en parte, también depende de nosotros. Celebrar a la Virgen es celebrar la Palabra de Dios oída, aceptada y puesta en práctica; es ahí donde nuestro esfuerzo y empeño, cambiando los propios planes, como hizo José, con tal de que la acción, la palabra, la voluntad de Dios, vaya tomando cuerpo en la vida, en el hombre y así lo que Pablo nos ha revelado en la segunda lectura vaya alcanzando plenitud en el encuentro definitivo con Dios.
Nos alegramos en esta fiesta de la Virgen María que una vez mas nos ayuda a entender y nos anima aceptar los planes de Dios en nuestro acontecer.
¡¡Feliz día de la Virgen del Pino!!
José Rodríguez Díaz
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