Ante los ruego de un fariseo de que fuera a su casa, nos encontramos hoy a Jesús a su mesa departiendo con el amigablemente. Se produce la sorpresa de la mujer que se cuela hasta llegar a ellos y que colocándose detrás de los pies del Maestro, llorando se los regaba con sus lágrimas, se los enjugaba con sus cabellos, los cubría de besos y los ungía con perfume.
Este acontecimiento despierta la duda en el fariseo, que se llamaba Simón, de si Jesús sería un hombre de Dios o no, de si sería profeta. Ocasión que aprovecha el Nazareno para hacer con el una reflexión sobre el amor, la misericordia y el perdón de Dios, e implicándole en la respuesta, que no podía ser otra mas que la que el fariseo Simón le dio.
Se producen aquí varias cosas, el reconocimiento de los pecados de esta mujer, la necesidad de ser perdonada y la manifestación pública de este deseo.
"Tus pecados están perdonados" le dice Jesús y esto sigue levantando el desconcierto y la desconfianza en los asistentes a pesar de que Jesús ya les ha puesto una pequeña parábola y a descrito lo que significaba para El lo que la mujer había hecho, subrayando el tema del amor que la ha movido y el reconocimiento de la necesidad de ser perdonada que manifiesta.
Hacer notar la delicadeza que tiene Jesús con los que se escandalizan y ponen en duda su persona, cuando cambia la frase primera por una segunda y que viene a complementar lo que había sucedido: "tu fe te ha salvado, vete en paz" .
Nos encontramos varias cosas para reflexionar a partir de este texto: a) Los pecadores tienen también su puesto en la misericordia de Dios. Ellos también necesitan el perdón y no se les puede negar.
b)La actitud del fariseo y la del resto de los comensales es negativa, hay que alejarse de los pecadores porque nos apartan de Dios y no tienen posibilidad de conversión, no tienen derecho a Dios. Jesús, siguiendo la línea mas primigenea de los profetas, dice que eso no no debe ser así, porque tambien ellos con esa actitud se están apartando de Dios. De hecho el manifiesta que ha venido para que los pecadores se conviertan y lo lleva la práctica
c) La fe es fundamental para alcanzar la paz, pero debe ir acompañada del arrepentimiento sincero y de la manifestación publica de la necesidad del perdón.
d) Dios siempre acoge y perdona. Desde el momento que pensemos lo contrario estamos tergiversando su imagen y nuestra fe no está en lo correcto.
Sería bueno que repasáramos nuestras actitudes ante estos acontecimiento que, si no igual, si de forma muy parecida, se siguen produciendo entre nosotros y en nuestras comunidades y parroquias.
Feliz día del Señor
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